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miércoles, 16 de febrero de 2022

Dios contesta cuando la llamada es con Amor

En Sueño Profético decían:

Si buscas a Dios, Lo encuentras. Y si Lo llamas, Él te contesta. Te contesta cuando la llamada es con Amor.

Dijo uno:

A mí me gustaba saber la llamada que Dios le hacía al hombre. Lo tomé como un estudio y hacía apuntes. En pocos, muy pocos, la llamada era para dar gracias, por no creer en otra Vida y decir:

“Señor, yo sé que cuando muera mi cuerpo, mi espíritu estará en la Gloria contigo. Señor, que no me enfade si no me llega lo que Te pido. Pero yo Te quiero más por que sé que estás conmigo”.

Pues esto es lo que piensa el Elegido. Y la confianza en él debe ponerla todo el que lo ha conocido. Porque por esta Enseñanza que tuvo el Elegido –esto antes de ser Elegido–, todo lo pedía con gran Amor, y si no era concedido, más fuerza tenía. Cuando hablaban de Dios, decía: “Yo Le pido, y ya sabe Él lo que quiero. Si Él es Dios, más me quiere cuando yo digo: Señor, no me enfado, siempre me tienes a tu Mando”.

Y es que, si amas por dentro, la fuerza sale fuera con estas palabras, y ya te cubres de confianza.

Desperté, oí:

Cierto que lo que dicen en la Gloria es como el hombre se comporta cuando pide y no le llega la petición.

Entonces oyes palabras pidiendo cuentas, mirando al Cielo y ofendiendo al Poder de Dios.

Éstos son hombres que nombran a Dios pidiendo cuentas y desafiando su Poder.

También decían que el gran Amor a Dios no se podía ocultar.

Al Amor que con fuerza has pedido, Dios contesta, si sus Pasos los has seguido.

Se han dicho palabras que el Elegido sentía antes de ser Elegido:

“Yo Te pido, Señor, y acepto todo lo que me venga, porque Tú me quieres más que yo”.

Con más o menos letras ésta era su petición.

Y ahora sigue dando ejemplo, porque supera el Amor.

***

Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C5

lunes, 13 de diciembre de 2021

Sólo la Palabra de Dios hace llamada al espíritu

No me podía dormir por cosas que en mi mente ponía. Unas me servían de bien. Otras, sufrir me hacían, y yo misma me culpaba porque pensar de noche hacía.

En Sueño Profético decían:

Es el remo que le da fuerza a su cuerpo el despertar de estos Sueños Proféticos, que son alimento para el espíritu y refugio para el cuerpo que está viviendo con tanto desprecio.

Dijo uno:

Tiene que ir pidiendo y agradeciendo que esta Verdad se publique. Pero con palabras medidas, no con todas las que hay dichas, que son miles de Enseñanzas, que están escritas al Dictado en la Gloria por espíritus que Dios les da Mando, y en otros Arrobos oyes a Dios Hijo Palabras que dijo en la Tierra, que son las mismas que hoy dice sin cambio, porque su Poder no tiene adelanto. El adelanto es mejorar o creer mejorar. Esto no sería Dios. La Palabra de Dios sale del Creador de todo lo visible e invisible. Si su Palabra cambiara es que habría otro Dios.

Dios hizo el Mundo y dejó sus Mandamientos, que éstos no tendrán reforma ni para vivos ni para muertos.

Desperté, oí:

Hablaban de la Palabra de Dios, del alimento para sostener el cuerpo y del Sueño Profético.

Decían que en todo lo del cuerpo se podía obligar al cuerpo al bien o al mal.

Pero que en el sueño normal tú no podías obligar al sueño a que quedaras dormida.

Pues esto es sueño normal, como es la comida. En la comida puedes obligar al cuerpo y el cuerpo acepta la comida.

Pero el sueño, a más lo obligas, más se retira el sueño y no quedas dormida.

Dios obliga al sueño y deja el cuerpo dormido y hace Arrobo de espíritu.

Y ya le puede al sufrimiento.

El sueño lo precisa el cuerpo. Pero en el espíritu, sólo la Palabra de Dios hace llamada al espíritu.

Que esta llamada, con poco sueño, te habla de siglos y hace imagen que ve el espíritu.

El empiezo del Mensaje es mandado que quede escrito.

***

Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C8

miércoles, 30 de enero de 2019

No puede tener Perdón el que desprecia la Llamada de Dios

En Sueño Profético decían:

Todo el que conozca estas Comunicaciones Divinas, las persiga y vaya en su contra, Aquí no viene. El que piense lo contrario, ama a Dios sin amarlo, y casi apostaría, que sin creer en su Existencia.

Esto, el que pueda llevarlas por su cargo y no tenga resistencia, por entender esta Teología y hacer que fracase el que desmentir quisiera.

El que pueda hacer esto y no lo haga, ¿cómo va Dios a tenerlo en su Gloria?

Dijo uno:

Un pecador, pecador, peca,
y a Dios ni Lo sigue ni Lo nombra,
pero le llega el pensar,
y a Dios llorando Lo nombra.

Éste ha sido pecador,
y el pecado Dios perdona.
Lo perdona a tal extremo,
que cuando vivió de Hombre       
fue a por él,
por aquel que no se atrevía
a seguir a Dios y Maestro,
como el hombre Le decía.

Desperté, oí:

No es pecador viviendo pecado, como Teólogo y grande intelectual viendo estas Comunicaciones, despreciándolas, ofendiéndolas o queriendo pararlas.

No puede tener Perdón el que desprecia la Llamada de Dios. No puede entrar en la Gloria el que ofende a Dios estando a su servicio y no cunde que Esto es de Dios.

Ya, el que quiera parar este Arrobo diario, que es para la Humanidad, ¿cómo va a entrar en la Gloria?

¿Qué diría un químico al pueblo, cuando le prohibiera el agua, sin estar contaminada, y el pueblo de sed quedara muerto?

Si los muertos resucitaran, el químico, muerto quedaba.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C1

lunes, 21 de agosto de 2017

Sueño con Llamada de espíritu es Sueño Profético

En Sueño Profético decían:

El sueño lo necesita el cuerpo como el principal alimento. El sueño detiene la acción para que descanse el cuerpo. Que este sueño te puede hacer ver cosas de sufrir o de agrado, pero todo queda en nada por ser un relajamiento que ni oye ni ve nada. Pero el Sueño Profético es espíritu que al Mando de Dios abandona el cuerpo, y luego el espíritu entera al cuerpo, que esto, su nombre, es “arrobo”. Esto, no puede nadie que no lo pase imitarlo, porque Dios allí no actúa y no enseñan los espíritus que Él tiene a su Mando.

Dijo uno:

En el arrobo no manda el sueño, como no lleve Llamada de Dios al espíritu. Este sueño tiene que llegar primero y ya llega la Llamada. Pero si no hay Llamada, queda en sueño, sólo para descanso del cuerpo y nada es verdad de lo que vea u oiga en un sueño.

Desperté, oí:

Sueño con Llamada de espíritu es Sueño Profético.

Que este Sueño no puede el hombre copiar con los inventos.

Es vida que abandona por horas o minutos al cuerpo.

Es Sueño con Enseñanza, mientras el cuerpo está muerto.

Esta Muerte Divina ya no puede pasar sin ella el cuerpo.

Es Muerte deseada que da Vida a muchos cuerpos.

Quita engaños de esa vida, que te hacen perder el Cielo.

Estos Sueños son Sueños con centinelas, que éstos son los que sirven a Dios para sacar al espíritu de la materia.

Esto no lo puede hacer nadie, porque es Vida que al cuerpo coge y al cuerpo suelta.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C2

viernes, 12 de agosto de 2016

A la escucha de la Llamada de Dios

En Sueño Profético hablaban de la facilidad con la que el espíritu abandona la materia en el Mando del arrobo; de lo normal que el espíritu obedece el retorno a la materia.

Dijo uno:

El espíritu trae contento de Libertad y vuelve a la materia por la Enseñanza que Dios le manda que lleve. Si fuera Llamada de Dios al espíritu, este espíritu no volvería más a la prisión de la carne, por eso su nombre es, arrobo: Dios que Aquí trae a un espíritu para su servicio y Enseñanza del hombre.

Estos Instrumentos no faltan para que siempre esté este Mundo Eterno enseñando a ese mundo, que siempre el hombre está cambiando y con el que nunca estará de acuerdo.

No hay más verdad que dé verdad, que vivir sabiendo que todo lo de ese mundo es para un vivir pasajero.

Tiene talento mayor
aquél que compra el sombrero
no para el tiempo que viva,
sino por llevar sombrero.

Pues eso es el vivir en la Tierra
antes de venir al Cielo.
Una vida que ahí cuidan
sin preferir lo primero,
una vida que se tiene
como si tú fueras dueño,
sin pensar que el Dueño es Dios.

No como tú, el del sombrero,
que aunque te decías dueño,
pueden ser luego otros dueños.

Por eso siempre es más listo
el que se compra el sombrero,
no para el tiempo que viva,
sino por llevar sombrero.

Desperté, oí:

Si el sombrero es una joya,
aunque se vea un sombrero,
¿te comprarás esta joya
para que pase a otro dueño?

Es mucho saber, más grande,
que ahí vivas la vida
sin sufrir ni preocuparte
de aquello que el hombre le da
un valor que Aquí no vale.

El espíritu arrobado
te contará para enseñarte,
para que vivas la vida
ni temprano ni más tarde.

Sino una Vida de Dios,
y del pecado apartarte.

Puede que si no es así,
llegues hasta envenenarte.

Y quedes en ese mundo,
que fiesta al pecado hace.

La Tierra, siendo de Dios,
quiere a los hombres apartarlos
con pecado y tentación.

Vive en la Tierra a la escucha
de la Llamada de Dios.


***

Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - C2

jueves, 12 de marzo de 2015

El Hombre desprecia la Llamada de Dios

En Sueño Profético hablaban del desprecio tan grande que el hombre le tiene a la Llamada de Dios.

Es desprecio porque no hay Amor ni temor.

Éstos se escandalizan cuando Dios elige. ¡Que Dios no elige! Si Dios eligiera, ya no sería Dios. Dios elige cuando con tu forma de vivir Le mandas Amor y Le pides que te mande.

Si estudias estas Palabras, eres tú el que eliges, y ya ven todos que Dios te está mandando.

Dijo uno:

Pero que no sea pedir a cambio: “Señor, yo Te sigo cuando Tú ya me has dado aquello que yo Te pido”.

Esto es petición sin Amor y sin tenerlo por Dios Poderoso. Aquí Dios no elige, porque sería amar a Dios y servirlo con cambio y exigencia.

Esto no es Dios, Dueño del Cielo y la Tierra, Presencia Divina de tu espíritu y materia cuando vives su Camino.

Desperté, oí:

Los que viven hoy bien,
van a vivir mal
cuando vean que se cumplen tus peticiones.
  
No puedes negar, si a Dios amas,
aquello que de sobra tienes,
al que lo veas sufrir
con el Mando que de Aquí lleve.

Este Elegido, él elige,
y luego Dios le da nombre.

Sufre el desprecio de aquel
que, al no amar, no comprende.

Luego vendrán sin saber
la disculpa que aquí ponen.

Pero el Instrumento contestará
con el Mando que de Aquí lleve.

Entonces extrañará,
cuando el sufrir a ellos les llegue
y Dios no les dé respuesta
por el Instrumento que hoy tienen.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C8

domingo, 11 de septiembre de 2011

Llamada de Dios - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 61-62


En Sueño Profético hablaban del pecado.

Dijo Agustín de Mónica:

Cierto es que el pecado te aparta de Dios. No puede haber pecador que esté cerca de Dios, ni que sus ruegos Aquí lleguen.

El pecador que deja de pecar por Amor a Dios, siente más pena que vergüenza. Esto, el que deja su mal vivir por Dios. El que lo deja por el hombre, es vergüenza, pero no pena.

A mí me apenaba la pena, y la vergüenza no la pensaba. Cuando piensas en el Cielo, que todo lo tiene Dios Allí presente, es cuando la pena ya no te deja pecar.

Pero son momentos para estar solo,
porque tú mismo te confiesas,
te acuestas sin tener sueño,
te levantas por no quererte dormir
con tan gran remordimiento.

Ya paseas, ya inclinas las rodillas
con la mirada en el Cielo;
sientes repeluznos grandes;
parece que se oyen lamentos
de alguien que en ruego está
para llevarte a lo bueno,
para que olvides pecado
y llames a Dios del Cielo.

¡Es tan difícil explicar
lo que se siente por dentro...!

Es la llamada de Dios
que te perdona en el Cielo,
que antes llamaste tú
en tus noches sin consuelo,
que son las noches que explico
sin llegar a comprenderlo.

Desperté, oí:

Cuando ya no pequé más,
me quitaba mis pecados
queriendo todo contar.

Yo no sentía vergüenza,
ni me podía avergonzar
ante los hombres del mundo
que también podían pecar.

Yo, mi pensar era Dios,
que después de pecar tanto,
miré al Cielo y contestó.

¡Este Dios que ama al hombre
a sabiendas de que Lo ofende!

Este Dios, si haces pecados,
Él te manda su Perdón
si vives así las noches.

Es difícil explicar
cuando ya su Voz la oyes.

Es mejor que nadie vea
cuando tú ya reconoces,
porque no comprenderían
tu llanto con tus temores.

Que era sólo por Amor,
no por lo que diga el hombre.

AGUSTÍN DE MÓNICA


***