En
Sueño Profético hablaban de esta “Gran Razón”, que debería ya estar en todos los
sitios como estudio mayor.
Dijo
uno:
La
verdad tiene su tiempo para guardarla. Pero la mentira poco tiempo está
guardada. Cuando la verdad es de Dios, la mentira no puede actuar.
Pues
compara el tiempo que Dios aquí hablando está. Si Esto fuera mentira, cómo iban
a callar los que aquí han hecho tanto mal. Pero dan con las Palabras dichas en
la Gloria Celestial. Aquí no pueden decir, ni Iglesia ni seglar, que estas
Palabras no son de Dios, que son mentira del hombre. Esto, ni han podido
decirlo, ni jamás podrán. Tan sólo al ver la cantidad de Libros que están
haciendo y los que hay hechos, puedes pensar: “Lo que estamos aquí haciendo,
con este Caso, Dios nos lo va a castigar”. Este pensar lo tendrán muchos cuando
sus cuerpos se nieguen a la curación de la carne.
Desperté,
oí:
Decían
en el arrobo, que la verdad podía ocultarse más que la mentira.
Que la
mentira siempre hay quien la descubra.
Y la
Verdad quedará como gran Edificio que no se puede borrar.
Dios
espera al hombre, pero no lo obliga a que sea bueno.
Que el
ser bueno en la Tierra, tiene entrada en su Reino.
¡Es
duro el querer hacer ver que hay otro mundo, pero sin cuerpo, aunque Dios,
cuando hable de alguno, le ponga cuerpo!
¡Hombres
despreciando a Dios, y Dios sufriendo porque la condenación no les llegue!
Decían
en la Gloria, que no hay ninguno que tenga tantos justificantes, que hagan
callar al que se crea inteligente, como este Elegido.
Aquí
hay que despreciar el descanso que al pensamiento le llegue.
***
Libro 40 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C1
La Verdad es Dios, lo demás todo es mentira. Pues aún viendo Esta gran Verdad que ha quedado escrita y que no la pueden enmendar, prefieren camino de tinieblas antes de claudicar.
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