No se iban de tu pensamiento y
despedían el sueño las palabras que, con lágrimas por dentro, te había dicho
una voz que amaba a Dios y creía lo que Dios estaba diciendo. Pero tus
palabras, ya Paz le dieron.
Esto ha sido dicho en el arrobo.
Pero para no confundir, se dirá como se dice al principio de los Mensajes:
En Sueño Profético han sido dichas estas palabras que se han
dictado. Decían:
A todo el que esté cerca de aquí
y sirva a este Mando, intentarán, los espíritus del mal, quitarlo. Pero el
Poder de Dios, cada día da más escándalo.
Dijo un espíritu con Mando de
Dios:
Te achicas los sufrimientos si
piensas en el desprecio que Le dieron a Dios cuando vivió con Cuerpo. Todo era
perseguirlo y mandar que sus Palabras las ensuciaran, como mandaron a uno de
sus Discípulos. Dios, esto lo sabía, pero lo permitió. Permitió hasta que se
sentara a su mesa. Este permitir todos lo vieron como llamas altas, con mando
de Satanás.
Si Dios no lo hubiera permitido,
no habría quedado al descubierto y no lo habrían conocido con el nombre de
Judas.
Estas palabras se oían en el
Cielo:
Cuando termine el arrobo, que
todo sea dictado, porque si no queda escrito, el pensamiento puede olvidarlo.
Aquí ya queda fracasado el que
quiera dejar Esto parado.
Con los que están a este Mando de
Dios, se verá cada día que pase un avance mayor.
Que no dejen de ir a los sitios
donde puedan ayudar a que este Caso se cunda.
Que quede escrito el “sí, yo
creo” o el “no, yo no quiero saber nada de Esto”. Esto es lo que hay que buscar
por todos los sitios donde haya Representantes de Dios.
Desperté, oí:
Todo el tiempo sea para buscar el
sí o el no, y ya, con estas pocas palabras, pierden la Gloria o la ganan.
Y tu conciencia gana altura para
pensar: “Señor, yo, más no puedo hacer”.
El silencio con el que se están
publicando estos Libros, a Dios está disgustando, porque su Poder es el único
Poder que con una Palabra hizo el mundo.
Y con una Palabra podría
terminarlo.
¡Cómo no se darán cuenta de que
la vida del cuerpo es corta y la muerte pronto llega!
Y no respeta capital, ni
juventud, ni vejez.
Y pronto llega la muerte, que
silencio quita y lágrimas pone.
Y hay que llamar al que pone
debajo de tierra lo que no tiene Vida Eterna.
Al despertar quería escribir el
Dictado más aprisa que el pensar.
Si el hombre pensara que ni cargo
ni dinero sirven para que no llegue vejez ni muerte, a muchos, servicio les
haría, y ya a Dios le serviría.
Porque esto, en la Tierra, las
guerras quitaría.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C6
Que mejor antídoto para la guerra que la Paz que trae la Palabra de Dios!
ResponderEliminarEl hombre sigue negándose a Obedecer al Altísimo y así va todo.