jueves, 24 de febrero de 2022

Cuando Dios elige ya es para que sus Palabras no callen

En Sueño Profético dijo un Discípulo de Dios estas palabras:

“Debería de darse cuenta el que conoce a este Elegido, que hoy no hay otro caso igual a éste. Que se puede comparar con nosotros los Discípulos, porque el Maestro, cuando quería que nosotros viéramos el sitio que Él nos había puesto, decía que pensáramos que éramos los únicos y que uno dejaría su sitio por falta de querer a Dios, Maestro, como Él quería que Le llamáramos”.

Sigue el Discípulo diciendo:

“Para nosotros, los que nos sentábamos a la mesa para comer, mucho o poco, todo era hablar de Dios, Maestro, como Él nos decía que Le llamáramos”.

El tiempo que hablaban del Maestro sus caras se les cambiaba. Él quería tener más Discípulos, pero por mucho que de ellos hablaba, no se presentaron nada más que los once, porque el número doce ya era con mando de Satanás, aceptando lo que le decían para hacer el mal que Le hicieron.

“Nosotros nos juntábamos y el Amor de Dios nos tenía siempre Nombrándolo y contando su Enseñanza”.

Estando diciendo estas palabras se oyó la Voz de Dios Hijo diciendo:

“Seguid contando lo que decía mi Padre cuando se cundió que Yo era Dios Hijo, que Yo enseñé a mis Discípulos a que Me dijeran Maestro. Así se cundía más que a mis Discípulos no les faltaría en las horas que mi Presencia no estaba o la esperaban”.

“Sigue con el nombre de Elegido, que hoy no hay otro igual. No importa que digas que Yo doy mi Enseñanza al que con su obra Me busca y Me encuentra”.

Desperté, oí:

En este Mensaje Dios ha dado estas palabras nombrando a sus Discípulos, para más creer que cuando Él elige ya es para que sus Palabras no callen.

El callarlas sería por temor de que no fueran de Dios.

Han hablado más Discípulos, pero el Mando de Dios dice que ponga el mío: soy Santiago.

Dice un espíritu de la Gloria, que ponga las palabras que Dios me manda que diga y la Visión de la carne que Dios me unió.

Estaba en su despacho, como cuando copiaba los Mensajes cuando vivía su cuerpo, que hoy su espíritu Dios le pone la Visión del cuerpo. Y dijo estas palabras:

“Ana, cuídate, cuídate, que tu cuerpo le hace falta a tu espíritu”.

Esto es dicho por espíritus de la Gloria en mi espíritu.

Los que están aquí unidos, a Dios Le pido que no me falten contentos, y ya tampoco falto yo.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C7

1 comentario:

  1. Era para que estuviera el mundo entero de rodillas y dando gracias.
    Tener a Dios tan cerca,hablando y enseñando a ganar la Gloria Eterna.
    Que poco nos cuesta alcanzarla!
    Y la mayoría no piensan en Ella!

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