En Sueño Profético dijo un Discípulo de Dios estas
palabras:
“Debería de darse cuenta el que conoce a
este Elegido, que hoy no hay otro caso igual a éste. Que se puede comparar con
nosotros los Discípulos, porque el Maestro, cuando quería que nosotros viéramos
el sitio que Él nos había puesto, decía que pensáramos que éramos los únicos y
que uno dejaría su sitio por falta de querer a Dios, Maestro, como Él quería
que Le llamáramos”.
Sigue el Discípulo diciendo:
“Para nosotros, los que nos sentábamos a
la mesa para comer, mucho o poco, todo era hablar de Dios, Maestro, como Él nos
decía que Le llamáramos”.
El tiempo que hablaban del Maestro sus
caras se les cambiaba. Él quería tener más Discípulos, pero por mucho que de
ellos hablaba, no se presentaron nada más que los once, porque el número doce
ya era con mando de Satanás, aceptando lo que le decían para hacer el mal que
Le hicieron.
“Nosotros nos juntábamos y el Amor de
Dios nos tenía siempre Nombrándolo y contando su Enseñanza”.
Estando diciendo estas palabras se oyó la
Voz de Dios Hijo diciendo:
“Seguid contando lo que decía mi Padre
cuando se cundió que Yo era Dios Hijo, que Yo enseñé a mis Discípulos a que Me
dijeran Maestro. Así se cundía más que a mis Discípulos no les faltaría en las
horas que mi Presencia no estaba o la esperaban”.
“Sigue con el nombre de Elegido, que hoy
no hay otro igual. No importa que digas que Yo doy mi Enseñanza al que con su
obra Me busca y Me encuentra”.
Desperté, oí:
En este Mensaje Dios ha dado estas
palabras nombrando a sus Discípulos, para más creer que cuando Él elige ya es
para que sus Palabras no callen.
El callarlas sería por temor de que no
fueran de Dios.
Han hablado más Discípulos, pero el Mando
de Dios dice que ponga el mío: soy Santiago.
Dice un espíritu de la Gloria, que ponga
las palabras que Dios me manda que diga y la Visión de la carne que Dios me
unió.
Estaba en su despacho, como cuando
copiaba los Mensajes cuando vivía su cuerpo, que hoy su espíritu Dios le pone
la Visión del cuerpo. Y dijo estas palabras:
“Ana, cuídate, cuídate, que tu cuerpo le
hace falta a tu espíritu”.
Esto es dicho por espíritus de la Gloria
en mi espíritu.
Los que están aquí unidos, a Dios Le pido
que no me falten contentos, y ya tampoco falto yo.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C7
Era para que estuviera el mundo entero de rodillas y dando gracias.
ResponderEliminarTener a Dios tan cerca,hablando y enseñando a ganar la Gloria Eterna.
Que poco nos cuesta alcanzarla!
Y la mayoría no piensan en Ella!