jueves, 7 de abril de 2022

Creador de la Sabiduría

En Sueño Profético decían:

¿Quién va a ser más sabio

que el Creador de la Sabiduría,

si la Sabiduría es párvula,

si el Creador no la guía?

Piensa, que si la fuente da agua,

el agua viene de arriba.

Luego sale del venero,

que es la que la fuente tira

y va recogiendo el suelo.

¿Cómo decirle la lluvia a la fuente:

“Dame agua, que quiero regar los montes

y que los campos se encharquen

para que vivan los hombres”?

Hablemos ahora del venero,

que le dijera a la fuente:

“Déjame que brote agua

para que no quede en pozo

con sequía,

sin poder darle al sediento

lo que la muerte le quita”.

Si esto tuviera palabras

y el hombre las oyera,

cómo pondría a la fuente:

de inculta o de soberbia,

o de muñeco de trapo,

que donde lo sientas,

ahí queda.

Pues peor, mucho peor es,

querer saber de sabios

a los que Dios no les da el “Ve”,

y luego querer

que el que recibe este “Ve”,

se convierta en párvulo.

El que haga este pensar

es de inteligencia corta,

como paso de enano,

como carrera de tortuga,

como anciano de 90 años

que quiere que su salto llegue

donde el que no tiene 30.

Desperté, oí:

No hay saber que se iguale

al Saber que, sin palabras,

enseñan al espíritu

cuando Dios el “Ve” le encomienda.

Este Saber no le llega

al saber que aprende la materia

por el hombre de la Tierra.

Escucha, y no oyen los oídos.

Ve, y como si no viera.

Hay montañas y ve llanos.

Le hablan sin que eco oiga.

Y va repartiendo bienes

a nobles que pisotean

estudios que le dieron importancia

en la Real Academia.

Bienes sin volumen, sin tacto,

pero con valor inigualable.

Es moldear el espíritu

para que la carne se humille

al mando que éste le mande.

Para que no cuide el botón,

y el abrigo nuevo, raje.

Para que sea servidor

del Creador de la Tierra

y de los mares.

Al que Dios le dice “Ve”,

deja el saber que tenga el hombre,

como hormiguero que pisas,

que falta no puede hacer.

Hasta que el hombre no ponga

el Saber de Dios primero,

no será un hombre culto

ni se dirá caballero.

***

Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C4

No hay comentarios:

Publicar un comentario