En
Sueño Profético decían:
Hoy ha
hecho el Poder de Dios gran movimiento en el Elegido. Que esto se ha visto en
los sitios que ha ido. Y es que su presencia no puede ocultar el Amor tan
grande que su espíritu lleva para ir cundiendo Esto que no es de la Tierra.
Dijo
un espíritu de Dios:
El
sueño lo despedía el pensar en la canción que se había hecho y que hablaba de
la carne que Dios unió al Elegido, de la que se llevó su espíritu y su cuerpo
está enterrado.
La
carne que quedó con vida –que es la del Elegido–, quiso y quiere que su
recuerdo sea para todo el que la mire y la vea vestida de negro.
De
esto no se ha hablado antes tanto como ahora se está hablando. Y cuando se oiga
la canción, tiene que ver, el que conozca este Caso, que el luto que lleva el
Elegido es la firma del recuerdo a lo que falta, para así no poder olvidarlo.
Esto es brazo que te falta, que lo que queda en el cuerpo tiene que recordarlo.
Pues así recuerda el Elegido a la carne que Dios le unió, por eso el luto no se
lo ha cambiado, ni se lo cambiará.
Desperté,
oí:
Los
que están unidos al Elegido, que piensen que este Caso es hoy único y que
aprisa tienen que publicarse los Libros.
Decían
en la Gloria, que con la vida que hace el Elegido, de no llevar el Poder de
Dios, no podría seguir este camino.
Es
camino de sufrir, por pensar que, siendo Esto Palabras dichas en la Gloria para
dar Vida Eterna, pocos las aceptan y muchos el “no” les dan.
Que el
“no” lo dice su actuación.
El
Elegido sufre porque el alimento del espíritu es el Amor, y esta Palabra poco
le llega a lo que oculto lleva.
Termina
el Mensaje diciendo: “Los que dan alegrías al que Dios trae a su Gloria, tienen
un seguro sus espíritus, para cuando sus cuerpos mueran”.
Hazte
el seguro del espíritu y ya tienes Vida Eterna.
Este
seguro te pide: primero, espíritu. Y después, cuerpo.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C4
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