En Sueño Profético repetían mucho estas palabras:
Si a Dios de verdad Lo quieres,
tu vivir lo irá pregonando, no rompiendo sus Palabras, que son los
Mandamientos.
El que cambie estas Palabras, ni
Lo ama ni en su Poder cree.
El adelanto ha cerrado las
puertas de la Gloria y ha abierto las del Infierno.
Esto lo permite Dios para dejar
al descubierto a los que llaman buenos.
Esto, en los momentos de apuros, llaman a Dios, pero pidiéndole cuentas.
Dijo un espíritu que estaba con
los espíritus que están dictando este Mando de Dios.:
Yo dejé mi vida de cuerpo a los
25 años. Fue sentido en la familia, pero yo, cada día, más gracias Le doy a
Dios por no haber vivido como los animales, empezando por llevar el cuerpo sin
ropa. La unión de la hembra y el varón la tienen como pacto que el que quiere
destroza y entra, y luego se une a otros animales. De esto que se está diciendo
en la Gloria y dictando, hace más de dos siglos. Fue entonces cuando Dios me
trajo para siempre a su Gloria. Yo, todo lo que hacía, lo hacía repasando en mi
memoria las Palabras que Dios dejó en la Tierra, sin diferencia de clases, para
todo el que su Mando y su Gloria quisiera. Yo siempre decía donde más me oían:
“Mi vida es de Dios”. Hoy no sé cómo pagarle el sitio que tengo, porque no
puedo pecar, y más Lo quiero.
Desperté, oí:
Estas Palabras han sido dichas
por un espíritu que cuando vivió con cuerpo, su juventud la pasó siempre
hablando de Dios, de sus Mandamientos.
Antes de pecar, a Dios le pedía
la muerte. Y hoy dice que el que vive rompiendo la Palabra de Dios, ya tiene su
sitio con el “príncipe de los demonios”.
Daba pena oír en la Gloria el mal
que a Dios le estaba haciendo el adelanto.
Deberían pensar los de grandes
carreras, que el adelanto sin Dios es premio al pecado.
Y que el pecado te lleva a vivir
vida eterna en el Infierno, sitio que te dio el adelanto.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C3
No hay comentarios:
Publicar un comentario