Quedé dormida pensando: “Señor,
yo quisiera hacer más que hago”.
En Sueño Profético decían:
Esta es la contestación al pensar
del Elegido:
Tu obra en el Prójimo da fruto de
Dios y descanso. Haces que olviden el mal que de algunos recibieron. Con tu
forma de aconsejar haces que el pecado no lo puedan practicar, aunque digan que
los tiempos han cambiado. Ya no se sabe el que es bueno o el que es malo. Que
esto ya es corregido y enseñado. Y ya ves que el que tiene trato con ella, con
los demás se ve gran diferencia. A la oración del Elegido, pidiéndole a Dios
por todos, le faltan horas para sus ruegos. Que esto es lo que en la Gloria
tiene más precio, por querer que no pierdan la entrada en el Cielo. Ya
compadece al que hizo mal y está despreciado porque no tiene quien le dé la
mano y su vivir compadezca. Esto, si todos lo vivieran, ya verían milagros.
Desperté, oí:
Dios contesta al pensamiento que
tenía el cuerpo del Elegido.
Ella quiere hacer más de lo que
está haciendo.
Es más grande buscar almas y
hablarles del Cielo, que dar cargos y algunos ingresos.
Pues éste es el dar del que Dios
elige.
Aunque ayude para el alimento, es
más grande para Dios el pedir con ruegos para que el hombre deje el adelanto y
a Dios ponga lo primero.
El empiezo del Mensaje, Dios ha
mandado que se dicte.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C3
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