En Sueño Profético hablaban del
sufrimiento. Decían que el sufrimiento tiene muchas maneras de llevarse, porque
siendo el mismo sufrir, en unos hace más daño.
Dijo uno:
Yo comparaba el
sufrimiento, como golpe que te dieran, que siendo el mismo golpe, no era igual
darlo en el brazo que en la cabeza. Era el mismo golpe, pero no era el mismo
daño. También es mayor sufrir el que va por dentro y no lo puedes decir, por no
comprenderlo, y al no comprenderlo, ya agrandan el sufrir.
El hombre compadece
al cojo y al ciego, y por donde pasan oyen palabras de consuelo. En cambio, el
enfermo bebedor que va midiendo la calle, jamás es compadecido por nadie, y si
cae, en el suelo queda con insultos que oyes.
Desperté, oí:
Decían en el
Arrobo, las muchas maneras que había de sufrir.
También culpaban al
bueno, de que no usara lo bueno para buscar
al que estaba haciendo sufrir y el bien no podía vivir.
Decían enfermo al
bebedor que sus pies no sujetaban su cuerpo.
En cambio, al ver
al ciego y al cojo, a Dios pedían por ellos.
Pide por los que se
han nombrado, pero pide también por los que viven de Dios retirados.
Dios no se enfada
por esta petición que hagas.
Porque Él bajó a la
Tierra para buscar a pecadores que su Gloria quisieran.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VIII - C7
Dios es Padre y ama a todos los hombres.Es de Amor toda su Enseñanza.
ResponderEliminarNos queda a nosotros el querer practicarla.