En Sueño Profético decían:
Se van a decir estas primeras Palabras
que Dios manda que se digan y queden dictadas, que son éstas: “Ya ha llegado el
momento de que no haga presencia el Elegido que Dios tiene para enseñar de su
Gloria, donde el Mando de Dios sea despreciado, como ha pasado en el día que ha
traído a esta noche.
Queda dicho en la Gloria, que
todo el tiempo sea para cundir estos Mensajes, no dejando de buscar sitios
donde puedan creer que Esto, de la Tierra no es. Lo de la Tierra no sirve para
la Vida Eterna, como sirve lo que Dios dice cuando arroba el espíritu y después
lo manda al cuerpo.
Repetían estas palabras en el
Sueño:
Los sitios donde el día pasado no
han querido recibir el Mando de Dios y han guardado riquezas, las puertas de la
Gloria las tienen cerradas. Si no piden el Perdón, el Elegido no hará presencia
en estos sitios, porque varias veces el “no” le han dado, diciendo que viven
pobreza, con las riquezas que en la Tierra tienen y en la Tierra quedarán.
Quieren engañar al Elegido, pero a Dios no Lo engañan.
Cuantos más Libros se publiquen,
más buscarán al que Dios tiene hoy como caso único para enseñar que lo primero
es cumplir los Mandamientos de Dios.
Termina el Mensaje diciendo que
siga la alegría, pensando: “Yo ya no voy más a donde no creen que Dios es el
que me manda los pasos que tengo que dar”.
En los sitios donde la Palabra de
Dios la han despedido mal, que siga la alegría de no ir más, y que este tiempo
sea para cundir lo más grande, que es decir: “Dios está todos los días dándole
Palabras en su Gloria al Elegido que tiene grandes justificantes de que este
Caso hoy es único”.
Desperté, oí:
Si estás cerca del Elegido, ves
que, antes de tener el Mensaje, dice igual, porque el sentir Dios se lo da.
Fue con alegría decir: “Yo no
vengo más a este sitio, donde tienen cargo y dinero, porque el recibir ha sido
con pena, diciendo: “No tengo nada”.
Esto ya ha pasado más veces. Pero
Dios le ha hecho pensar con alegría que esa casa no merece que el que Dios le
habla la pise, porque tienen gran capital.
Ya dicen espíritus con el Mando
de Dios, que a los que viven en este sitio, los comparen con los Pastores de
Belén.
Que éstos son los que vieron al
Niño nacer.
Éstos no tenían capital, ni
grandes edificios donde vivir.
Pero tenían la Confianza y la Fe
de que Dios Padre, de todo les daría para ver al Niño de Dios nacer.
En el sitio donde a Esto den
desprecio, piensa que el no ir más, es alegría a Dios mandar.
Que todo el tiempo sea para que
estas Palabras sean en público leídas o cantadas.
Ya se ha cumplido el tiempo de no
guardar silencio en esta Grandeza, y de dar gran escándalo.
Da alegría el pensar que a los
que están unidos al Elegido, los nombran como a los Pastores en Belén.
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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C5
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