En
Sueño Profético decían:
Hoy te
ha dado Dios el pago antes de que visitases a los enfermos que tu presencia
reclamaban y es mandada por Dios.
Dijo
uno:
Se va
ha dictar el empiezo del día: fue despertar con una alegría que llevaba Fuerza
y pena. En el Sueño anterior había sido Dios Hijo el que había dicho sus
Palabras.
La
visita a los enfermos fue para consolar y pedir a Dios por ellos, ya que Dios,
muchas veces, quiere que la curación hable del Elegido, y de Dios que es el que
hace la curación. Dios te ha concedido lo que le has pedido en silencio. Tú,
sigue pidiendo que no desprecien tu consejo, que es no ensuciar esta Grande y
Divina Verdad.
Desperté,
oí:
No
puede estar en silencio el que Dios trae a su Reino para que vaya hablando del
Mando que Él le da.
El
Ministro de Dios, que siempre tenga en su memoria que Esto es Mando que le
manda Dios.
Y que
es el que sufrir puede quitar aquí.
Ya que
si lo piensa, también él es Elegido.
En el
día pasado crecieron alegrías en todos los que te acompañaron.
Al ver
el Venero que formó la comunión en la boca del Elegido, cayendo de ella agua
Divina, que quita todas las dudas.
Tus
pensamientos sean dichos. Y tu presencia ante el Ministro de Dios sea puesta.
Para
que él la presente como única, en Palabras y en hechos.
A este
Caso hay que dedicarle más tiempo.
Para
que más piensen en el Cielo.
***
Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C1
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