En
Sueño Profético decían estas Palabras:
El
Amor de este Elegido, hoy no se puede comparar con ningún otro. Es un Amor, que
si quisiera esconderlo, no tendría sitio en su espíritu. El espíritu, cuando a
Dios amas, te va abriendo puertas en la Gloria para que el arrobo tenga
vivienda donde Dios da la Enseñanza.
Sigue
el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria:
El
sueño de esta noche lo despedía la alegría que este Elegido sentía al pensar en
la presentación de los nuevos Libros. Esto le quitaba el sueño. Pero había otro
pensar que se ponía a la altura de esta presentación, que era el oír estos
Mensajes cantados por un cantante. El que los cante, tiene que pensar que son
los Mensajes que Dios en su Gloria da al Elegido, arrobando su espíritu, y una
vez que le ha dado estas Palabras, lleva de nuevo el espíritu a su cuerpo, y
cuando despierta, manda dictar estas Palabras, que no hay teólogo ni gran
catedrático que puedan una Palabra reformar. Si creen en Dios, algo sienten
cuando oyen decir: “Dios está hablando a un espíritu que vive en el cuerpo”. Y
si no creen, al leer los Libros, sentirán un pensar que la vida les entristecerá
cuando les llega sufrir y en la Tierra no haya medicamento para quitar este
sufrir.
El
creer y el amar a Dios es el medicamento para la Vida Eterna, que es la Vida
que no se acaba, como se acaba la temporal, que es corta y te lleva a pecar
para que pierdas la Gloria.
Desperté,
oí:
Se han
dicho alegrías del día pasado, pero han quedado más guardadas.
Mandan
que se dicten estas Palabras que en la Gloria se oían:
Retira
el sufrimiento que te ponen con los impedimentos, porque esto lo hacen para que
te falten fuerzas y te vean tristeza.
Todo
es para que las alegrías no las vean en tu responder.
Pero
el Poder de Dios lo verán en las canciones que se canten en la presentación de
los Libros, en alta voz.
Todos
los que están unidos no faltaran a la presentación de la Palabra de Dios.
Los
que más quieres te acompañaran.
También
decían, que los que faltaran a la presentación de la Palabra de Dios, ellos se
perderían el Amor y el Poder de Dios.
Termina
el Mensaje con estas Palabras:
Si
pensaran en el Premio que el Elegido pide a Dios para el que Le haga servicio,
siempre estarían diciendo: “Dame mando para que a Dios yo le sirva, porque a sí
puede que un día a mí me elija”.
“El
que me mire, Señor, Te vea. Y el que Te vea, no Te olvide”.
Estas
Palabras las piensa el Elegido porque quiere que a Dios vean en las Palabras
que dice, porque no son suyas.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C8
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