jueves, 4 de mayo de 2023

Mis Palabras no tendrán silen­cio ni descanso

En Sueño Profético decían:

Tienen que reconocer que el Mando que da es­te Elegido antes Dios ya se lo ha dado a su es­píritu. Por eso se ve Mando con fuerza.

Dijo un espíritu que cuando vivió con cuerpo conoció a los Discípulos, y antes a Dios Hijo, Maestro, como ellos Le decían:

Aquí la quietud y el silencio no van, porque esto yo lo he vivido con los Discípulos del Maestro. Muchos días yo me unía a ellos y to­do era buscar sitios donde pudieran dar escán­dalo, y no oír a los que decían: “Bueno, ya qué más vamos a decir”. Esto lo oía yo un día de unos que se acercaron, y antes de terminar di­jeron: “ El Maestro viene, se Le puede pregun­tar si ya hemos dicho todo y tenemos que ca­llar”. “

Se paró el Maestro y dijo:

“Santiago, mis Palabras no tendrán silen­cio ni descanso, como el día y la noche. Todo puede faltar, pero el día lo trae la no­che, y la noche espera al día. Cuando falte la noche o el día entonces se dará silencio a estas Palabras mías. Seguid cundiendo mis Palabras, que no son mías, que son di­chas por mi Padre en Mí.”

Desperté, oí:

Tiene fuerza el Elegido porque Dios lo lleva por los caminos que el hombre no llega, por­que Amor le falta.

En este Arrobo comparaban a los Discípulos de Dios con el que Dios elige con Mando de su Gloria.

Y es que cuando algo van a hacer, Dios ya lo dice con Palabras o sin dejar de pensar en el espíritu, que es el que manda en el cuerpo.

Todo el pensar que te llegue, acompáñalo con alegría.

El que hablaba en el Arrobo conoció a los Dis­cípulos y aprendía de oír al Maestro.

A más corto es el sueño, mayor es la alegría.

Porque el despertar es: “Señor, díctame todo, que yo lo escriba, que esta es mi alegría”.

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Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C7

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