En Sueño Profético decían:
Han dado una alegría de un tamaño tan grande, que el
sueño contento quería llegar pero le podía la alegría de las palabras que dijo
el que hace los Libros con alegría. Haciéndole a Dios el Mando por ser las
Palabras que Dios dice en la Gloria para que el Mundo aprenda del sitio, que
cuando muera el cuerpo, Aquí viene el espíritu si el cuerpo publicaba que en
Dios creía y Lo amaba.
El que su cuerpo publica Amor de Dios es porque va por
el Camino de Dios viviendo sus Palabras, que son los Mandamientos que dejó en
la Tierra y hoy los mismos Mandamientos sigue enseñando. Que lo pueden ver en
los 68 Libros que hay publicados.
Dijo un espíritu de Dios:
La Enseñanza de Dios siempre es la misma porque hay un
solo Dios, aunque se dice Dios Padre y Dios Hijo. Pero en el Padre están los
dos y el Mando es de Dios Padre puesto en Dios Hijo y en Dios Espíritu Santo.
Da alegría ver pronto otros cuatro Libros publicados
con prólogos de Obispos. Este pensar llenaba la habitación de Humos Divinos.
Esto en la oscuridad, que dan más brillo.
Esto es lo que le hace al Elegido pensar:
“Yo sé que Dios
está siempre conmigo. Yo, Señor, quisiera hacer más de lo que hago pero no
tengo caminos para dar más escándalo”.
Desperté, oí:
Estas últimas palabras son el pensar del Elegido, que
Dios lo sabe y lo ha dictado.
El pensar en los Libros, que pronto estaban
terminados, esto era dicho con alegría por el que los está haciendo.
Cuando llegó el sueño era tarde pero la alegría decía:
“Señor, si duermo poco yo no me enfado, porque los
Libros parece que los abrazo”.
Esto tiene que formar un grande escándalo, porque
nadie puede presentar esta cantidad de Libros con prólogos de grandes nombres
de Iglesia y seglares.
No hace falta nombrar los ingresos que tienes y que no
faltarán.
Primero por el que los da que ve que es Milagro el
recibir que tiene. Y cuando los da hay veces que lo que da Dios se lo dobla.
Ya termina el Mensaje nombrando a los que más quieres,
que dices poco para el sentir que tu espíritu tiene.
Los que están aquí unidos saben las pocas horas de
sueño de este Elegido, que no es una noche que es durante años. Y diremos que
no se le nota en nada de enfado, que es alegría y con fuerza para ir pregonando
donde le llaman, porque creen que Dios le habla.
Todos los que están aquí unidos todo lo que pueden de
su tiempo o ingresos aquí lo dejan.
Antes de llegar el sueño estas fueron las últimas
palabras:
“Señor, yo no me enfado si duermo poco pero quiero que
mi cuerpo esté fuerte y bueno”.
***
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
No hay comentarios:
Publicar un comentario