En Sueño Profético decían:
Se ve más aquí que actúa Dios por
la aceptación que el Elegido le tiene a todo lo que le llega. Que cuando le
llega pone este pensar: “¿Quién soy yo para querer que hagan las cosas como las
hago yo? Si Dios las quiere o las permite, pues igual hago yo. Señor, lo que yo
haga mal, dímelo”.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Este pensar del Elegido, si lo
pensaran, verían que es más verdad que Esto no es de la Tierra. ¿Quién puede
decir “a mí Dios me dice lo que yo pienso”?
Desperté, oí:
Haciendo tu mando, que el mando
no es tuyo, que es Mando de Dios, puedes apartar sufrimientos y pensar en Dios.
Y ya, este pensar te hace que
vivas con cuerpo ahí, y con espíritu Aquí.
Tu sufrir es por querer que los
que estén cerca de este Caso, de valor Divino, sean conocidos por llevar tu
compaña en persona, en memoria y en palabras.
Si estudiaran estos Mensajes,
verían el Permitir de Dios y la fuerza del mal.
Repetían mucho que no es creíble
que el Poder de Dios tenga que estar detrás del hombre para darle un bien.
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Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C6
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