En Sueño Profético decían: 
No dejes de publicar este Don que Dios te ha dado. Que antes
tú lo quisiste haciéndole a Dios el Mando que dejó en su Nuevo Testamento y que
Aquí repiten en su Reino: 
“Amaos como Yo os he
amado. Yo Me voy, pero mi Espíritu estará siempre en presencia del que Me tenga
como Dios bajado del Cielo”. 
“El que ame al Prójimo y
viva siempre su presencia, ya se está ofreciendo a que Dios le dé Mando”. 
Dijo uno: 
Hay varias maneras de hacer el Mando que Dios tiene mandado.
Una es tener de sobra y buscar al hambriento y al descalzo. Y otra es no tener
y tener que ir a buscarlo para vestirlo y alimentarlo. Luego, está el camino
del sufrimiento: ir a quitarlo y el tuyo irlo tapando para que a Dios no culpen
los que a Dios no están entregados. Todo esto tienes que pedirlo a Dios, que no
es pedirlo, que es, sin saber, darlo. 
Desperté, oí: 
No hay más fuerza para esta Verdad, que publicación con
desafío, que hoy no hay otro Caso igual a éste. 
Si la publicación no para, a muchos les va a hacer parada en
su camino. 
¡Cómo no pensarán que tienen que ser muertos aunque se vean
vivos! 
Que Aquí no son Palabras que diga el Elegido. 
Son libros, con unos temas, que te hacen la Presencia de Dios
Vivo. 
Ni ministros de Dios ni seglares pueden decir que estos
Escritos de Gloria no salen. 
Dios no castiga ni amenaza, pero después que entierren tu
cuerpo, tu espíritu no puede venir donde antes dio desprecio. 
***
Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C6 


 
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