En Sueño Profético decían: 
Si quieres que Dios te mande,
ofrécete sin medida. 
Y siempre coge sin protesta
los momentos de amargura
que en la vida se presentan. 
Que no es muerte ni carne enferma,
que aquí, si amas a Dios,
tampoco pones protesta. 
Dijo uno: 
Cuando Dios da Mando, ya ha superado, el que
recibe el Mando, todas las pruebas, y con más fuerza a Dios Lo llama. Nunca
tiene cansancio. Siempre vive esperanza. Quiere cundir esta intimidad de Gloria
y espera que Dios le dé el “Ve”,
dicho en sentir o en Palabras. 
Es tan difícil sufrir e ir dando alegría al
Prójimo, que si esto lo pensaran, el que puede se ofrecería a quitar esta gran
carga. Pero Dios no deja silencio, y ayuda en la amargura y triunfa este
Evangelio. Piensa que a Dios llevas de Consejero. 
Desperté, oí: 
Dios, cuando le da el “Ve” al espíritu,
de momento acepta el cuerpo,
y no le llega cansancio,
porque piensa:
“yo hago lo que Dios quiera”. 
El espíritu que vive
con este contacto de arrobo,
todo lo que hace el cuerpo,
antes, ha sido Aquí mandado. 
Que a veces
se ven caminos torcidos
y luego los ves derechos. 
Es fácil el explicar
y difícil el entender
este Lenguaje Divino
si de verdad no lo crees. 
Todos los pasos que das
llevan la Fuerza Divina,
y el sufrir achican ya. 
No puede elegir Dios
si tu Amor a Él no crece
cuando el sufrir te llegó. 
***
Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C6  


 
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