En
Sueño Profético decían: 
Si
piensas en el interior del Elegido, verás que su sufrimiento es el no ver
contentos a los más suyos. Cuando los ve contentos, a Dios da gracias y le pide
fuerzas para su cuerpo. A todas horas le pide a Dios el verlos contentos, y que
su sufrir le quede dentro para que a Dios no culpen los que no Lo aman. 
Dijo
el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria: 
Aquí
ves a Dios mandando en la que arroba su espíritu y tiene dos nombres: uno en la
Tierra y otro en el Cielo. En la Tierra, su nombre es “Elegido”. Y en el Cielo,
“Profeta”. Este nombre extraña el oírlo, porque no piensan las veces que la
Palabra de Dios nombra a los Profetas. Éstos anunciaron su Venida a José el
Patriarca y a la Madre Virgen. 
Desperté,
oí: 
Llegó
el sueño con alegría. 
El
Elegido se quita sufrir comparando el suyo con el de la Madre Virgen, pensando: 
“¡Cuánto
Ella no sufrirá de ver que su Hijo, siendo Dios, el hombre de Él se retira y va
poniendo delante a los ricos y a los talentos de estudio y adelanto!”. 
Pues
ya, con este pensar, Dios más fuerzas le da y gran confianza para que todo el
sufrir se quite. 
Son
los Libros los que más Escándalo darán, cuando vean la gran cantidad que de
ellos hay y que todos han sido hechos de forma legal. 
Decían
en la Gloria, que la Fe y la alegría tienen que ser grandes amigas, para pronto
poder cambiar la tristeza en alegría. 
Esta
Enseñanza que en la Gloria dictan, debería ser la primera, y ya, los niños, al
crecer, profesores serían.  
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C5


 
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