En Sueño Profético decían:
Sabe menos que
él se cree que sabe, el que no ve que estos Escritos bajan de la Gloria. Y ya,
si dice que a Dios ama y que estas palabras no son suyas, es mentira que a Dios
ama.
Dijo uno:
El saber te
hace que veas la verdad o la mentira en aquello que tú sabes. No hay escritor
que coja estos Escritos en sus manos y no vea algo que no es de la Tierra. Y
ya, si oyes explicarlos al que Dios se los da, tú mismo sientes miedo o
vergüenza si antes no quisiste saber nada habiéndotelo ofrecido.
Poco repite la Gloria: “En el Juicio Final no entrará la disculpa del que quiera a Dios engañar”.
Estas Palabras no debería el hombre dar lugar a que fueran repetidas.
Desperté, oí:
Si lees despacio estos Mensajes,
ves que te
hablan exigiendo.
Si lees despacio estos Mensajes,
no puedes
decir “yo no los entiendo”.
Si lees despacio estos Mensajes,
tienes que
mirar al Cielo.
Pero tú, mejor que nadie,
sabes el bien o el mal
que a Dios Le
has hecho.
Piensa el día de las alabanzas,
cuando entierren ahí tu cuerpo,
si tu espíritu entrará
en el Reino de
los Cielos.
Si esto lo piensas despacio,
cambias rápido
y contento.
***
Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C9
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