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jueves, 30 de noviembre de 2023

La mano obedece al espíritu

En Sueño Profético decían:

No se puede explicar el Amor tan grande que el Elegido siente cuando le llega este mandar. Que este sentir lo siente cuando se va el sueño y queda despierta, oyendo y viendo como cuando no está el cuerpo. Que los Mensajes le dicen lo que tiene que poner cuando está despierta o cuando está en el arrobo.

Dijo un espíritu de Dios:    

La palabra en el arrobo dicha, cuando dice “desperté, oí”, esto te acerca a que creas más de lo que creías, por seguir escribiendo, despierta, el mismo Dictado, ya sin ver, pero la mano obedece al espíritu y queda el Poder de Dios para todos los que lean los Libros. ¿Quién puede dormir, soñar, despertar y seguir las mismas palabras que en el Sueño oyes? Pues a esto le siguen los milagros y no callar lo que dicen en la Gloria.

El hombre debe pensar que esto no es para engañar, porque esto Dictados llevan Gloria con Mando. Si abres un Libro, verás que todo es hablar de Dios, pero nada es lo mismo. Que esto es puro Evangelio.

Desperté, oí:

Los que están aquí unidos, que busquen a quien más pueda hacer para que esta Verdad sea reconocida por la Iglesia.

A los que pueden y no hacen, tiene que llegarles el día en el que se asustarán, por nunca a Dios ayudar. Que no ayudan porque no creen.

Con lo que hay de Dios mandado, ya pueden formar gran escándalo.

El sueño tardaba en llegar, y la alegría se agrandaba más.

Aquí el escándalo lo dan los que hay unidos para de Dios hablar.

Si sigues a este Elegido, ves que Esto es verdad, empezando por el poco descanso que tiene su cuerpo y el corto sueño.

El que esto dude, cuando muera su cuerpo, tendrá que entregar cuentas.

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Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C5

domingo, 29 de noviembre de 2015

El que obedece al Profeta, ya ama a Dios

En Sueño Profético yo decía:

Señor, ¿por qué hay personas que no tengo que esforzarme para que me crean?

Dijeron:

Éstas son las que más agradan a Dios. Él dijo: “Haceos niños y entraréis en mi Reino”. Al que le ocurra esto, puede estar seguro de que en ese momento está más cerca de Dios que el que pone resistencia cuando el Profeta no es falso. Cuando el profeta es falso, al espíritu que está con Dios, le deja mal sabor. Éste es uno de los síntomas que puede estudiar cualquiera. Cuando es Dios el que habla, es pronto notado por los espíritus. Da una Paz, que esta Paz hace que cambien el fúsil por el abrazo. El Profeta, cuanto más trato tengas con él, más quieres a Dios. Si tú no quieres saber de Dios, pronto te retiras del Profeta, porque tú no resistes su Comunicación. Hay quien censura al que habla en Nombre de Dios, sin conocerlo. Éste, si es cristiano, que rectifique con: “¡Perdóname, Dios mío!”. La calumnia no es de la Doctrina de Dios.

Desperté, oí:

El que Dios elige para que le sirva de Portavoz, duro es su trabajo. Minoría ven esta Verdad.

El que no está con ella, está en contra de ella. Y al no ser ella la que habla, no están en contra de ella, están en contra de Dios. Si Dios no hablara en ella, ella no sufriría.

Es más cómodo no aceptar. Dios Hijo tuvo que decir: “Saulo, ¿por qué me persigues? Saulo no aceptaba lo que del Maestro le decían, y ya no estaba con Él.

Aceptar es obedecer. Ella obedece, y Dios ya juzgará. Por consiguiente, el que obedece al Profeta, ya ama a Dios.

Hay quien habla con el que Dios elige, y trata de enmendarle, a este espíritu que vive las dos vidas, la plana. Aquí se ve el desconocimiento total que tienen del Poder de Dios.


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Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - C3

jueves, 16 de julio de 2015

Obedeces sus Palabra y vive en el Prójimo

En Sueño Profético decían:

No hay quien quiera a Dios y quiera que Dios reforme.

Dijo uno:

Mi madre decía que Dios no se enfadaba si ponías Los Diez Mandamientos en estos dos: obedecer sus Palabras y vivir en el Prójimo. Que esta reforma ella la vivía, y siempre sentía la intimidad de Dios cuando estaba sola, y cuando iba al Prójimo, ya vivía con Él. Decía que Los Diez Mandamientos era hasta aprenderlos, pero que una vez aprendidos, ya a practicarlos, pero contentos y sin protesta. Que al aprenderlos, si había Amor, era oírlos y decir amén. Y si protestabas, faltaba Amor y no tenías a Dios por Dueño de tu último sitio, éste, eterno, en Gloria o Infierno.

Un día fue a mi casa contando un sufrir que vio en una casa de unos que vivían mejor que nosotros, de ingresos materiales. Había un enfermo, y toda la familia estaba en contra de Dios, porque la enfermedad impedía seguir las fiestas que a diario llevaban hijos y matrimonios. Dice, que fue entrar, y sentir una pena por Dios y desprecio a ellos. Cuando le contaron el descontento que tenían con Dios, se puso de pie y dijo:

“Si habéis ofendido a Dios antes de ahora, yo me uno a vosotros pidiendo el Perdón para esta casa. Pero de seguir ofendiéndolo, yo no puedo pisar esta casa, porque a Dios yo Lo siento y voy a buscarlo donde está el enfermo. Si Él de aquí se va, yo no me quedo”.

Desperté, oí:

Esta mujer consolaba con su presencia
donde enfermedad había.

Este enfermo la llamaba,
y con la enfermedad sufría
de ver cómo la llevaban,
la enfermedad que él tenía.

De segundo en segundo,
la muerte a Dios pedían.

Y le pedían las cuentas
porque enfermedad había.

La muerte le llegó en sueño,
y ya todos se creían
que empezarían la vida
como antes la tenían.

Fue sufrir grande para todos,
porque faltaba Presencia
de lo que ellos no amaban.

Cada uno se llevó
un pedazo de la herencia.

Pero les faltó salud
y no vivieron las fiestas.

El que no entendía bien,
decía: ¡es maldición!


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C2

domingo, 27 de enero de 2013

El hombre obedece al hombre y desobedece a Dios

En Sueño Profético decían:

En lo material no te extraña nada de lo que el hombre exige. Todo lo que el hombre quiere, tiene que hacerlo el hombre.

En lo espiritual todo se hace pesado, tan pesado, que muy pocos lo cumplen.

Haremos unas cuantas comparaciones:

¿Qué malo sería en un colegio de niños, que exigen uniforme, que dos o tres no lo llevaran? Pronto diría el profesor: “que el niño quede en casa hasta que se presente como todos”. Esto es aceptado, y viéndolo normal.

¿Qué más daría ser más alto o más bajo, año más o menos, para ingresar en el ejército, o ir vestido de distinto color? ¿O en la estación de invierno llevar zapatos blancos de lona, aquel señor que tuviera un cargo importante? ¿Y la reina, que su corona diera a su servidumbre, haciendo ella el servicio que ésta le hacía a ella? Aquí no sería permitido que la reina sirviera a su servidumbre. Esto no es malo, pero el hombre no permite, el hombre obedece y hace todo lo que el hombre quiere. El hombre es esclavo del hombre e insubordinado de Dios. Hacer lo que a Dios agrada cuesta trabajo. Hacer lo que el hombre quiere, agrada.

Desperté, oí:

El hombre obedece al hombre, y cuida su materia como objeto eterno.

El hombre desobedece a Dios, y se cuadra ante el hombre.

Dios habla, y no es oído. El hombre manda, y es cumplido.

Dios quisiera que Lo oyeran; y lo que oyeran, con Amor lo cumplieran.

Dios sufre más cuando no Lo quieren oír, que cuando no Lo oyeron.

Si no quieres oír a Dios, no Lo llames para que Él te oiga.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 56-57-58

jueves, 11 de octubre de 2012

El que cree en el que Dios le habla, éste obedece sin esfuerzo

En este Sueño Profético hablaban de la Obediencia. Decían:

El que cree en el que Dios le habla, éste obedece sin esfuerzo, éste obedece voluntario.

Si el Comunicante le dijera que tiene que acortar la respiración, este oyente la acortaría. Esto es creer en que Dios es el que habla, y si así lo cree, precisa esta Enseñanza y él mismo busca a este Profesor. De la Enseñanza del espíritu viene el comportamiento de la carne. El espíritu que está enseñado por el Profeta y para Dios, su materia es de bálsamo. La materia que está educada por el hombre, pero sin preocuparse del espíritu, ésta es conocida ante la materia que está enseñada por el espíritu. No preocuparse del espíritu es no preocuparse de Dios, una vez que tu espíritu es de Dios, y si tú lo cuidas, este espíritu vuelve a Dios.

Desperté, oí:

El hombre cuida la carne para que esta carne dure, y por mucho que la cuide, se ensucia y muere.

Pues defiende todo cuanto pueda hacer, a tu espíritu, bien.

Porque este espíritu ni se entierra ni se muere.

Y lo que tú seas, eso enseñarás y aprenderán, tanto para la Gloria de Dios, si esta Enseñanza es de Obediencia, como para la separación de Dios, si la enseñanza es en contra del Profeta.

Si el Profeta te habla con temor, tu espíritu no es de Dios.

Si tu espíritu está con Dios, tú reverencias la contrariedad.

Oye la Voz de Dios, y apartarás tu ira.

Si tu ira no oye a Dios, es Dios el que te aparta.

Haz tu confesión ahí, y pide el Perdón Aquí.

Dios no castiga, Dios te previene ahí y te deja con Dios o sin Dios Aquí.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 224-225

sábado, 15 de septiembre de 2012

El mar obedece a Dios, por no tener Libertad

En Sueño Profético vi el mar y hablaban dos hombres.

Dijo uno:

Aquí, en este sitio, me contó mi padre, que vio convertirse un incrédulo que siempre se aferraba a que no había Dios. Nos contó mi padre, porque éramos dos hermanos, y nos juntó a los dos y a mi madre para contárnoslo, que estaban unos amigos con este incrédulo y que todos trataban el hacerle comprender que Dios había y que estaba Vivo. Viendo los amigos que seguía tan testarudo, le dijo uno:

   –No sé si me das miedo o compasión.

Se quedó el testarudo mirando la Grandeza de Dios hecha en la Tierra, y dijo estas palabras:

   –Para que yo dijera que había Dios, tendría que ver moverse el mar.

Dicen que se puso pálido, y de pronto vieron el mar que lo seguía, quedando mojado hasta la cintura. Estaban a dos metros escasos del mar, y todos los que con él estaban quedaron secos. Dicen que todos vieron correrse el mar y, de momento, volverse a su sitio. Quedó como una columna de arena en el sitio que estaba él. Acudió la gente que por allí andaba, y todos pudieron comprobar que la columna sola seguía creciendo, durando su crecimiento hasta la puesta del Sol, derrumbándose sola y presenciado por varios.

Desperté, oí:

Él no creía, pero quería ver.

Dios pudo hacer que él viera,
y que no lo vieran a él.

Pudo hacer que el mar se lo llevara
y nadie supiera de él.

Dios hizo su aparición
viendo tan sólo a Él.

Y dejó que todos vieran
el Mando de su Poder.

El mar obedece a Dios
por no tener Libertad,
y el hombre no obedece
por la mucha que Él da.

Cuando el hombre no obedece,
siempre es por falta de amar;
debía de hacer desprecio
a la mucha Libertad.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 202-203

martes, 25 de octubre de 2011

Todo obedece a Él - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 4-5-6


En Sueño Profético vi el mar y uno dijo:

Esta agua les da vida a innumerables animales; les da vida porque vida tiene el mar. ¿Quién daría esta vida si no la diera este Dios? El agua, sin esta vida, era cadáver.

Apareció el campo y se veía bastante lejanía, y como final se veían los montes, como guardianes de los campos.

Dijo el mismo:

Estos montes también viven con el alimento de la Fuerza de Dios, con el querer que Dios quiera que la montaña no se mueva.

Se veía el Sol con grande fuerza, y con grande fuerza explicaban:

Y estos rayos son obediencia a Dios sin palabras; también estos pinos –y se vieron muy altos– crecen buscando su Mando, que de este Mando luego el hombre coge vida. ¿Quién haría lo que estoy nombrando? Esto tan sólo Dios, es el que lo ha creado. Todo está en Dios y de Dios sale, y que Dios lo empresta. De todo es el Dueño Dios, menos de la Libertad que al hombre deja.

De todo lo que es nombrado,
Dios quiere que bien se sepa
que todo obedece a Él:
una hoja, un granito de esa Tierra.

¿Por qué el hombre no se para
como el que ajusta una cuenta?
Si esto lo hiciera el hombre,
un sí era la respuesta;
un sí, Dios mío, perdona,
que no había ajustado cuenta.

Desperté, oí:

Viendo a Dios Dueño
de todo lo aquí nombrado,
tú no eres dueño de nada.

Dios quiere que tú lo cuides,
como cuidan los montes
a las explanadas.

Como los pinos, contentos,
suben a que Dios les mande.

Como las aguas del mar
dan vida a los animales.

Como los rayos del Sol
que atraviesan los cristales.

Todo es Mando de Dios,
mando que la Luna sabe.

Porque es lo que da la luz
cuando lo nublo no sale.

También el “nublao” se esconde
para que vea la Luna
que él también obedece.

Todo es Mando de Dios,
que el hombre lo desconoce.

Cuando leas este Escrito,
párate y haz la cuenta,
y te dará el resultado,
que Dios manda en Cielo y Tierra.


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domingo, 19 de junio de 2011

Discípulo es todo el que quiere tener Maestro y obedece a mis mandatos - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 204-205


En Sueño Profético decían:

“Discípulo es todo el que quiere tener Maestro y obedece a mis mandatos”.

Estas Palabras eran dichas por el Maestro, dichas para todos, pero no correspondidas por todos.

Su Enseñanza era amar, amar sin descanso, y ya todo sería fácil. El amar era lo difícil, cuando no se ama. Éste que no ama, es el que no obedece, porque el Amor no le obliga. Cuando se ama, este Amor te hace no ver obstáculos, y ya en este Amor, Dios te los quita. Dios no te obliga a que tú ames, pero si tú amas, este Amor te encarcela, y ya esta Cárcel es la Gloria, sin quererte ir de Ella.

Desperté, oí:

Antes que la Gloria, está la Obediencia.

Si ves claro lo del Profeta, tienes que obedecer sus mandatos.

Si ves claro, Dios te ha dado Luz. Y si no obedeces, Dios te dejará en tinieblas.

El que Dios le habla, ve lo que Dios quiere que vea, no lo que el hombre quiera.

El que Dios le habla, ve el color blanco primero, aunque éste esté el último, la nube detrás del raso y las estrellas debajo de la nube.

El espíritu que Dios arroba puede hablar de Dios sin principio ni fin.

Éste, para dialogar, tenía que dar con otro que Dios le hablara.

Al no ser así, es oír y obedecer.

Si obedeces, oyes. Y si oyes, ya obedeces.


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miércoles, 3 de marzo de 2010

Si Me obedecen sin amor, no obedecen - Libro 10 - Hechos de Jesus Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 103-104-105


En Sueño Profético hablaban los Discípulos de Dios Hombre. Contaban hechos que ocurrieron cuando vivieron con el mismo Dios de Hombre. El que ellos adoraban y obedecían por Amor. Dijo Tomás: a mí me fue hecha esta pregunta una noche, en sus primeras horas de la noche, cuando yo iba en busca del Maestro para ya Darle el contento o el sufrir por el recibimiento de sus Palabras que yo llevaba con su Mando. Esta fue la pregunta hecha por dos poderosos: Tomás, siempre que manda ese de Nazaret, ¿sois fieles a Su Mando por Amor, o por temor de perder lo que os tiene prometido? Yo, cuando oí estas palabras, oí los pasos del Maestro que también ellos oyeron, por su cabeza que fue vuelta donde los pasos venían. Y Él les contesta:
Si Me obedecen sin amor, no obedecen, aunque los estén viendo; ellos Me buscaron y ya están en Mi Reino; aquí no hay ofrecimiento porque Yo, con el que estoy aquí, allí sigo por ser el mismo reino; ellos van llevando Mi Palabra para aquel que quiera el Reino que Mi Padre Me mandó para enseñar a amar, y ya van obedeciendo, que Mi Padre, en Mi ha puesto el Reino.

Desperté, oí:

Sigue el mismo Tomás hablando de aquel pasaje.

Si el Maestro allí no llega, palabras de mí, no salen.

Ellos eran poderosos en su salud y en sus monedas.

Pero no entendían de Amor, que no hay Amor por fuerza.

Nosotros obedecíamos con Amor y sin Obediencia.

Él prometía su Reino al que dudaba de Él.

Él prometía su Reino al que veía pecado sin saber que era el Maestro.

Todo el que Lo seguía, no pensaba ofrecimiento.

¡Si ya vivías la Gloria con sus Palabras y sus Gestos…!

Los Discípulos Le amábamos sin acordarnos del Cielo.

Cuando el Amor es grande, olvidas ofrecimiento.

DISCÍPULOS DEL MAESTRO.


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