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lunes, 21 de abril de 2025

Haz el bien pensando en Dios

En Sueño Profético decían:

Si este Mando no lo hicieras, no serías Profeta en la Tierra. Que Profeta es el Lugar que Dios elige para en él hablar. Esto, para aceptarlo, tienes que creer y amar. Si estas dos palabras están en ti, tú ya buscas al que dice “Dios me habla”.
 
Dijo uno:

Todo lo que vean que haga el que Dios elige ha sido mandado de Aquí. Unas veces verán el Mando sin darle precio, por creer que no es bien mandado. Pero el que piense así, ya está lejos de Aquí.

Deberían hacer un estudio de conciencia, y ya verían gran diferencia en los que están lejos y en los que están cerca.

Si empiezas por la vida de materia del Elegido, tiene reconocimientos en distintos caminos. Que ya por esto debería tener otro sitio.

Dios quiere que se conozcan los que ayudan, los que aman y los que desprecian.

Decían en la Gloria, que si estos Escritos, dictados en la Gloria, fueran del hombre, ya tendrían grandes premios. Y esto, que baja del Cielo, lo tiene el hombre en desprecio.

Tu sufrimiento haz por achicarlo, y ya a Dios mandas contentos de la Tierra en alta voz. Y para que salgan, coge los caminos que hagan falta, ya que Dios espera que así sea.

Desperté, oí:

En este arrobo le daban al Elegido altas notas en su vida de entrega a los demás, por quitar sufrimientos y dar alegrías.

Esto, sin Mando de Dios, no hay quien lo viva.

Es querer que todos disfruten esta Verdad, y ya tienen la Gloria ganada.

Su disfrutar es que todos vivan bien.

Hay que estudiar esta vida, y verás que no tiene noche, no tiene día, tiene desprecios por todos los sitios que lo miras.

El Elegido lleva dentro de su espíritu estas palabras:

“Haz el bien pensando en Dios, y ya el bien tendrá cuerda como el reloj”.

***

Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C2

jueves, 5 de agosto de 2021

Pensando en el Poder de Dios, nada ves difícil

En Sueño Profético decían:

Este Elegido va repartiendo bien de espíritu y acción con Paz para el cuerpo. Y sufre por querer que todos acepten estas Palabras que bajan del Cielo.

Dijo un espíritu con Mando de Dios:

Aquí se ve vida de Cielo y desprecio a la Tierra. Este Elegido, todo lo que piensa y hace, ha sido mandado por Dios. Que este Mando es de muchas maneras. Pero el sentir no necesita palabras ni letras. Su pensar es:

“Yo vivo para servir a Dios y para que mis palabras hagan pensar al que despreció aquí da”.

Aquí no se puede obligar. Pero los que están más cerca se deberían juntar y buscar a los que están de aquí más lejos, poniéndolos como los que están cerca. Que los que están más cerca conocen al Elegido, pero tienen momentos difíciles. En éstos se ve más el Poder de Dios, porque sienten el comportamiento de este Elegido, que todo su tiempo es para seguir la Palabra de Dios. Que no hay cosa que prepare, que, siendo para un bien, con el sufrir no le paguen. Pero esto es Enseñanza para que estudien que Dios hace el bien y el hombre mal Le paga.

Desperté, oí:

Al despertar cambia el Mensaje, y ya es otro Dictado.

A ti te queda tranquilidad porque no dejas de buscar para estos Mensajes cantar.

Esto, llegará un día que lo buscarán con gran altura.

Las alegrías de las visitas a los enfermos te hacen que olvides lo que sufrir te hace.

Y es que, pensando en el Poder de Dios, nada ves difícil.

Si este Poder lo pones en curar enfermedad, lo ves sencillo, como la ola en el mar.

Que oigan, los que están cerca, que para Dios no hay nada imposible.

Si piensas quién hizo el mundo y quién puede hacer que se mueva la Tierra tirando edificios…

Y que un huracán de aire deje en un pueblo, en solar las calles…

Pues toda la sabiduría del hombre es de Dios. Pero el hombre la pone mal y entierra el bien.

Todos los que están cerca de esta Enseñanza, deberían pensar: “Todo el sufrir del Elegido es por querer dar el bien, y con el mal es respondido”.    

Llegó el sueño con estas palabras:

“Señor, con el premio que se está pidiendo y con la curación de la niña, ya formarían gran escándalo con tu Nombre por todo el mundo”.

***

Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C6

lunes, 16 de diciembre de 2019

Haz que te sirvan tus manos pensando en Dios

En Sueño Profético decían:

No creas que está más cerca de Dios el que nada necesita. Tan sólo con este pensar, ya se retira.

Estar cerca de Dios es necesitar y que tú sirvas. Si necesitas, Dios ya te pone a alguien que te sirva. Y a este que te sirve, Dios lo ilumina.

Dijo uno:

El pedir es de Dios. Dios dijo en la Tierra: “Pedid y recibiréis”.

Si pides, obedeces a Dios. Y si recibes, Dios lo ha dado. Pero esto tiene que ser sabiendo que es Dios el que está mediando.

Cuando media Dios, piensa que son dos manos. Una va cogiendo. Otra va soltando.

Cuando no es de Dios, cogen las dos manos.

Yo Le pedía a Dios que lo que me diera no quedara en mí, si de sobra era. Si eran palabras o era cosecha.

Desperté, oí:

Hay palabras dichas,
tan llenas de Dios,
que quitan dolores
y acercan a Dios.
   
Al que tiene y guarda,
no le manda Dios.
Él solo se guarda
para el panteón.

Y deja en la Tierra
alegrías y risas,
porque de hucha sirvió.

No hay alegría mayor,
que le sirvas al Prójimo,
porque Prójimo es Dios.

Haz que te sirvan tus manos
pensando en Dios.

Y una irá recogiendo,
la otra, soltando.

Que esto da alegría al vivir
y estar a Dios contentando.


***

Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C7

sábado, 30 de enero de 2016

Pensando que Dios espera no dura mucho el sufrir

En Sueño Profético decían:

Sufre más y sufre menos el que sabe que Dios espera. Sufre más por querer quitar sufrir a Dios y sufre menos porque todo lo que espera es de Dios, y ya es sufrir diciendo: “¿Cómo me va a dejar Dios si yo a Él lo sigo queriendo en la risa y en el dolor?” En este pensar sufre menos, pero ¿cómo hacer llegar a todos esto?

Es tan difícil pensar: “bueno, Dios puede esto hacerlo en la cercanía, en la lejanía, en lo presente, en lo venidero, en lo que dicen en la Tierra que es monte y no sendero”. Pero ¿qué puede hacer aquí el hombre? Pues para Dios tiene arreglo dejando el monte debajo de donde el monte estaba, puesto como tantos caserones y pueblos que quedan en ruinas. Cómo el hombre va a hacer esto: donde había un monte encontrarte un sendero y donde había caserones, con miles de piedras de gran peso, moverlas con la facilidad con que las mueve el huracán o la tierra, hasta donde la tierra quiera llegar, hasta que tenga la orden: Tierra deja ya tu andar. Todo esto es para Dios como el volar de la pluma.

El que piense así de Dios, el sufrimiento achicará.

Desperté, oí:

Cierto que pensando que Dios espera no dura mucho el sufrir.

Pero qué sufrir más grande del que así no vea sufrir o del que quiera poner o aumentar el sufrir sin usar la confianza de que Dios espera Aquí.

Primero, espera la oración. Segundo, espera el sentir. Y ya termina la oración depositando el sufrir en el arreglo que le dé Dios.

¡Qué lástima que los hombres no hagan en el sufrir un pensamiento que piensen en el Dios que espera Aquí!

Que Él te manda las fuerzas o te quita tu sufrir.

Con confianza y Amor llevas, sin peso, el sufrir.

Pero si esto te falta Dios ya no te puede oír, porque al llamar y ofender las puertas no se pueden abrir.


***

Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

viernes, 2 de octubre de 2015

Haz Caridad pensando en el Cielo

En Sueño Profético decían:

Si haces Caridad,
que siempre sea
pensando en el Cielo.

Si no la hicieras por Dios,
cámbiale el nombre primero,
porque las cosas de Dios
tienen diferente sello.

Por eso no hay duda con el que diga:
“Dios me habla a mí en el Cielo”.

Porque lleva Caridad
a medida de Evangelio.

Dijo uno:

Dios Hombre decía, que la Caridad al espíritu era el mayor “cundir” que podías dar; que la lástima a la carne, te diera después de que hubieras tenido Caridad al espíritu.

Yo le oí estas Palabras –que por ser dichas por Dios, hoy son las mismas–:

Compadeced primero al pie, y después ocupaos de la sandalia. Pues muchos más, preferid al espíritu, dándole Caridad para sanarlo, porque éste siempre tendrá vida en el sitio donde Yo estoy o donde vive Luzbel. Que mi Padre allí lo mandó porque a mi Padre no Lo creyó como Dios Único, como hoy tampoco creen que Yo soy el mismo, que mi Padre vive en Mí”.

“Con Todo el que no Me quiera, Yo no hago de Dios para darle mi Gloria, porque ya mi Gloria sería como este mundo de carne”.

“Tened Caridad con el que vive sin oír mis Palabras, que pecó y no Me busca”.

“Tened Caridad para que puedan oírla cuando pidan mi Perdón
”.

Desperté, oí:

Esta es la Caridad
que el hombre poco practica.

El hombre da compasión
al vestir y a la comida.

Y abandona al pecador,
para que pecado siga.

El hombre no piensa en Dios
ni practica su Enseñanza.

El hombre habla de Dios
con la menor importancia.

Hasta que llega el momento
de que la vida se acaba,
y ya le oyes su Nombre
con timidez y sin ganas.

El que tuvo Caridad
y el pecado fue quitando,
con Paz le oyes decir:

“Señor, si quieres,
puedes curarme”.

“Y seguiré a tu servicio,
aumentándote el rebaño”.

Éstos son los que tienen
que seguir ahí enseñando.

Porque Caridad sin Dios,
no es lo que Él ha enseñado.


***

Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C4

martes, 21 de julio de 2015

Vivir pecando o vivir pensando

En Sueño Profético decían:

Hay quien vive pecando y hay quien no vive pensando “¿por qué pequé?”

Hay quien busca pecado y hay quien se retira de él.

Hay quien no le da importancia cuando ve que están pecando o cuando ve camino que puede llevar a pecado. Éste ya se está enfermando o busca la enfermedad.

Dijo uno:

El hombre sabe lo que es pecar pero la carne la tira al fango, a la suciedad, a lo que daña al espíritu, a lo que Aquí no entrará. Si es mujer lo que arrastró u hombre que vive, de pecado en pecado, haciendo vida como cualquier animal, que no importa comportamiento porque ahí se queda ya.

Estos hombres de pecado nada malo verán, ni al desnudismo, ni al robo, ni al crimen, ni al Prójimo atropellar y certifican adulterio incluido premio ya, que el premio es la razón que tú pones al pecar.

El que pecó y no vive, de pensamiento, en su pecar a éste nómbralo siempre como Perdón que Dios da. Como cordero que tira del rebaño por peligro que antes vio y sufre por si caen y teme que no haya curación y sea horroroso el daño.

Desperté, oí:

¡Que dos formas de vivir!

Vivir pecando o no poder vivir de pensar “¿por qué he pecado?”

Cómo te dicen en la Gloria lo que el hombre no quiere que se nombre por pecado.

Hasta que el hombre el pecado no lo vea como la fiera del campo no dejará la defensa para que viva el pecado.

Si el hombre que vive en la Tierra al crimen le diera premio, las cárceles se cerrarían y verías pocos viejos.

Pues el que viva pecado no entra en este Reino.


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Libro 65 - Dios Habla al no Quiero del Hombre - Tomo V

martes, 23 de diciembre de 2014

Pensando siempre en Dios

En Sueño Profético decían:

Pensando siempre en Dios,
piensa que Él siempre va contigo.

Pensando siempre en Dios,
Él no te quita el pensar suyo.
Ya, todo lo que hagas,
será justo y medido,
sin tú pensar en medida,
que tú tan sólo has pensado:
“es que viene Dios conmigo”.

Pensando siempre en Dios,
no se pueden hacer pecados,
porque te lleva su Amor
al camino de los Santos.

Pensando en Dios,
te haces fuerte, te haces sabio
y ves al mundo vivir cansado.

Yo soy Teresa,
la que el pensar de Dios
está dictando
para que muchos aprendan
a pensar este pensando.

Si yo llego a vivir en Tierra
faltándome este pensando,
¿cómo llego yo a la Gloria,
y ahora me manda enseñando
a que diga este pensar,
que puedes vivir ya Santo?

Y ya, tan sólo esperar
a que el arrobo haga,
o despierta y pensando.

Y sin que la puerta abran,
ves que es Dios,
que le manda a tu lengua
y obedece tu mirada.

Es Él el que quiere que tú digas:
“Dios Hombre vino a mi casa,
y Lo he visto sin clavos,
y sin cruz en sus espaldas”.

Cuando yo volví a ser Teresa,
la que la Tierra pisaba,
se fue este Todopoderoso,
mandándome lo contara.

Yo, entonces, miré mi puerta,
y fui a tocar la ventana,
y estaba la aldaba puesta
como por dentro cerrada.

¡Ay pensar que yo quisiera
que todos pensar pensaran!

Desperté, oí:

Este Mensaje, si piensas
tan sólo en el Mensaje,
ya tienes pensar de Dios.

Yo vivía en el pensar,
y el pensar me daba vida.
Yo quería más pensar,
y más pensar me venía.

Había días que el pensar
me daba tal compañía,
que me paraba al andar
porque sus Pasos sentía.

Entonces seguía andando,
y más pensar me venía.

¡Ay Palabras de mi Dios,
que dices para que digan!
¡Ay pensar que no es pensar,
que es querer vivir la vida
como Dios tiene “mandá”!

Si este pensar te falta
y no haces por pensar,
piensa que vives pensando
en lo que nada te da.

En cambio, si no te falta
este pensar que Él lo quiere,
habrá luego más Teresas,
aunque sea con otro nombre.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C7

martes, 25 de junio de 2013

“Haced oración de confianza, pensando en Mí”

En Sueño Profético decían:

Un día, hablando Jesús a sus Discípulos, dijo estas Palabras:

“Pensad en el camino que Yo haré en la montaña. Pero no penséis que la montaña no tiene camino”.

“Si vais mandados por Mí, no temáis respuesta del que os reciba, que mi Mando siempre quedará por encima del recibir del hombre”.

“Haced el bien sin medida y sin esperar que sea devuelto, que mi Padre es el que mide y paga el hecho”.

“Haced lo que Yo tengo mandado, que es lo que mi Padre en Mí está ahora diciendo”.

“Haced oración de confianza en Mí. Y cundid que Yo soy Dios, que he bajado del Cielo para ofrecerme al pecador y al justo que Me siga para ir cumpliendo lo que de Mí aprenda”.

“Haced oración de confianza, que es creer que Yo soy Dios del Cielo”.


Desperté, oí:

Mucho se le oyó a Dios Hombre estas Palabras que hoy dictan:

“Pensad en el camino que Yo haré en la montaña. Pero no penséis que la montaña no tiene camino”.

“No dudéis nunca lo que Yo puedo hacer al que quiera mi Reino”.

“Haced el bien, porque Yo a hacer el bien voy enseñando”.

“Si hacéis el bien pensando en Mí, siempre os vendrá premio del Cielo”.

“Porque el que lo hace por Mí, no juzga para no ser juzgado”.

“Ya, el juzgar, me lo deja a Mí”.

“Haced oración de confianza, pensando en Mí”.



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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pag. 73-74-75