martes, 30 de mayo de 2017

Al niño edúcalo a lo que es bueno

En Sueño Profético decían:

Hombre sin amar a Dios, quiere enseñar el pecado al niño como una obligación.

Dijo uno:

¡Cómo el Permitir de Dios deja al descubierto al hombre sin temor a Dios!

Enseñar al niño lo que el hombre, por ser hombre, practica, es ir en contra de Dios y haciéndole a Dios desafío. Es desprecio descarado a las Palabras de Dios Hombre, que como Enseñanza dice a los hombres: “Haceros niños y no perderéis mi Reino”.

Estas Palabras las dice Jesús para que el hombre no viva maldad y, en sus actos, Amor a Dios demuestre.

Pues, ¿cómo querer cambiarle al niño sus sentimientos por la maldad del hombre?     

El niño es pie en zapato, que ya pedirá el pie el número que no le haga daño.

Al niño edúcalo a lo que es bueno y a lo que es malo, pero explicándole como a niño que te oye. Que cuando llegue a mayor y vea el campanario, ya comprenderá que tocarán las campanas para alegría o para llanto. Esto, al niño, niño, jamás puedes enseñarlo.

Desperté, oí:

¿Cómo el pollillo que va
detrás de la gallina madre
puede tapar con sus plumas
como la gallina hace?

Pía y corre como ella,
y también sigue a la madre.
Por mucho que le enseñaras,
le falta tiempo y plumaje.

Un recipiente de litro
y otro que siete le caben,
siendo el mismo material
y para el mismo servicio,
al de litro, los siete no puedes echarle.

Pues en niño y hombre
hay diferencia más grande.

Al niño enséñale,
con recato y con alegría,
los Mandamientos de Dios.

Practicando recato
y viendo mal
el crimen y la violencia,
ya eres un buen cristiano.

¡Qué lástima que los hombres
quieran que el niño sea hombre
y que pierda este contacto!


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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C2

domingo, 28 de mayo de 2017

El médico

En Sueño Profético decían:

Al espíritu pueden llegarle más enfermedades que al cuerpo, y todas tienen cura si quiere curarse el enfermo. Pero el hombre no vigila nada más que las enfermedades del cuerpo, que mayoría de veces tiene que decir el médico: “Tengo que buscar el sitio que le da estas dolencias que me está diciendo”. Y tiene que decirle que algo tiene, para que diga: “es un buen médico”.

La enfermedad del espíritu es por muy pocos comprendida, que a veces coge gran enfermedad y te desprecia la vida por culpa de no ayudarle el que tiene la medicina.

Dijo uno:

Yo, cuando viví con cuerpo, mi profesión era curar el espíritu. A veces veía enfermos, que por enfermos tenían, y yo los veía sanos. Si ellos cogían mi receta, a la tercera visita, volvían curados. Yo tenía mi carrera, pero Dios me hacía curarlos, más con palabras que no eran mías, que con los medicamentos. Yo tenía la medicina después de Dios, para la carne. Pero para el espíritu, yo sabía que se curaba el que quería curarse, porque el espíritu, si tú no quieres, no lo curas.

Desperté, oí:

Médico era mi profesión,
pero engañaba a los hombres,
y los curaba Dios.

Mi receta eran palabras,
que mayoría de veces
querían que yo escritas las diera.   

El espíritu se enferma
porque se aparta de Dios,
y ya la cura no encuentra.

¡Es lástima que los hombres
no estudien esta carrera!

¡Con lo fácil que sería
que estos enfermos no existieran!


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C4

viernes, 26 de mayo de 2017

Llénate de Amor a Dios

En Sueño Profético decían:

Si te falta Amor a Dios, no entiendes lo de Dios.

Si te falta lo de Dios, tú mismo lucha te pones.

Si te falta Amor a Dios, no intentes comprender a Dios.

Para comprender a Dios, olvídate de lo que eres –si te tienes por listo o inteligente–, porque con las cosas de Dios, ya va una Sabiduría que supera a la del profesor y toma aposento donde sabe que jamás habrá silencio.

Dijo uno:

Yo tuve intimidad con los Discípulos de Dios Hombre. Todos comprendían igual y no oían razones que muchos querían dar. Ellos pronto cortaban el diálogo y a Dios contentaban con este contestar:

“Si no crees en Él como Dios, yo no oigo tus palabras, porque yo, al oírlas, mancho las que Él me manda”.

Desperté, oí:

¡Qué cierto, que si al que está lleno de Amor a Dios, lo oye el que está vacío, no puede comprenderlo!

Pero si el que está lleno le admite palabras, queriendo convencer el vacío al lleno, ya está disgustando el lleno de Amor a Dios.

Llénate de Amor a Dios
y empieza esta carrera.

Que el título y los libros
te los puede dar cualquiera.

Cualquiera que sea de Dios
y por Dios viva en la Tierra.

Los Discípulos enseñaban
para que de ellos aprendieran.

Pero no admitían profesor
que a Dios de alumno pusiera.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C3

jueves, 25 de mayo de 2017

Vive vida para Dios

En Sueño Profético decían:

¿Cómo no verán los hombres que dicen que a Dios Lo aman, que Esto baja del Cielo?

¿Cómo hombres que tienen cargos importantes, para dar notas del bien o del mal, no acuden para aprender de esta Grandeza que la humanidad tanto necesita para llevar al cuerpo por el camino del bien?

Dijo uno:

El cuerpo, siempre se inclina por hacer lo que te retira de Dios o lo que enfada a Dios. Y así te va retirando de este Cielo.

El que hace lo que a Dios enfada, está en peligro de retirarse de Dios.

Los espíritus malignos siempre están en la puerta del espíritu, para ofrecerse a ayudarle. Pero ten presente que esta ayuda es diabólica, y ya va en contra de las Palabras de Dios, Palabras de Vida Eterna. Estas Palabras son conocidas por la Paz que te dan y el peso que te quitan cuando tú las practicas.      

Desperté, oí:

El hombre no cree en el espíritu, que es el que mueve a su cuerpo.

El hombre no cree que muchas actuaciones sean hechas por la fuerza del espíritu del mal.

El hombre no acepta que los espíritus que no tienen cuerpo busquen vivienda.

No acepta porque no se trae a su memoria cuando Dios Hombre sacó a los demonios del cuerpo.

Éstos son los espíritus que cuando dejan la materia siguen viviendo sin imagen, hasta que el Poder de Dios te los hace sentir y tú ya los conoces.

Por eso es necesario saber que tu cuerpo es movido y manejado por la fuerza del bien o por la fuerza del mal.

Que esto, nadie mejor que tú puede saberlo, cuando tus palabras, tu acción y tu pensamiento vayas todo poniéndolo en sitio de Gloria o en sitio de Infierno.

Vive vida para Dios, y ya no entra en tu espíritu lo que no baja de Dios.


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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C3

martes, 23 de mayo de 2017

Cómo vivir su Amor para no perder su Reino

En Sueño Profético decían:

Es imposible, sin Amor a Dios, compadecer, perdonar y levantar al caído con alegría interior, pensando: “Dios esto hizo cuando vivió con Cuerpo, y lo dejó dicho con el nombre de Evangelio”.

Esto, sin Amor a Dios y a su Reino, si algo haces, lo harás mal hecho. Lo harás comparándolo con malos pensamientos, y ya no será de Dios el bien que creas que estás haciendo.

Si el Amor de Dios acampa en ti, ya eres diferente. Que tú no lo dices, lo dice el Amor, que va dejando huella como lluvia fuerte de aquel temporal que llovió de día y llovió de noche, y el suelo no pudo negar la lluvia.

Dijo uno que ya sigue el dictado que se habló en el arrobo:

Por bien que quiera el hombre hacer el bien, si no está entregado a Dios, hará un bien de comedia, un bien de murmuración, un bien para el cuerpo, pero para el espíritu no. El bien que lleva Amor de Dios delante, se da siempre con oración, con la mirada en el Cielo, que esta mirada ya es oración.           

Yo siempre compadecí al que no pensaba como yo.

Desperté, oí:

Voy a decir mi pensar,
cómo lo llevaba a la actuación.

Primero miraba al Cielo,
y ya acudían a mí
palabras de compasión.

Si era hambriento,
yo me veía hambriento
y pidiendo como él.

Si había vivido pecado,
también pecado hice yo
en momentos que te olvidas
cómo hay que amar a Dios.

De este pensar
yo componía una oración.

Y siempre tenía
en mi mente y en mi boca
el Nombre de Dios.

Este Amor te da abundancia
para limpiar el espíritu
de la mala tentación,
que te viene cuando llega
o tú vas al afligido,
y te quita compasión
para dejarlo caído.

Aprende lo que hizo Dios
cuando vivió con Cuerpo
y escrito lo dejó.

Y hoy lo sigue diciendo:
cómo vivir su Amor
para no perder su Reino.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C6

lunes, 22 de mayo de 2017

El Amor a Dios te va elevando

En Sueño Profético hablaban del que Le hace servicio a Dios y del que desprecia su Mando. Del que cree por temor y del que vive a Dios amando. Luego está el que las cosas de Dios no le interesan, y pudiendo aumentar Amor y creencia, va rompiendo las Palabras de Dios para que lo sigan más y más las rompan, sin querer saber que la Palabra de Dios es Vida Eterna, y que la palabra del hombre es suciedad de la Tierra. Suciedad que no es limpia hasta que a Dios no Lo pongan en las más grandes alturas.

Dijo uno:

Toda la lucha del hombre es para vivir sin Paz, para poner su talento en un gran pedestal; para ir apartando del Cielo, de donde baja la Vida que vida le da a tu cuerpo. Empezando por el aire, que es tu primer alimento.

Desperté, oí:

Si amas a Dios,
este Amor te va elevando.

Y ya ves lo de la Tierra
como juego de niños en hombres,
que ya es pecado.

Si el tiempo que pierde el hombre,
uno en construir y otro en destruir,
lo pusiera en ir enseñando
a amarse en acción y en palabras,
el mundo iría cambiando.

Y buscarían donde Dios se comunica,
como el sediento busca el agua.

Como el ave las alturas.

Como el grano que se rompe
por dar preferencia al tallo.

Todo esto y mucho más
haría el hombre para ir buscando
donde aprender para su espíritu salvarlo.

Todos pueden aprender
a saber lo que es pecado.

Pero hay que retirarle la palabra:
“eso no es malo”.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C5

viernes, 19 de mayo de 2017

Compaña de Dios al espíritu

En Sueño Profético hablaban de la soledad del cuerpo, de la soledad del espíritu.

El espíritu puede estar solo, aunque lo veas rodeado de gente. La gente es para el cuerpo. Para el espíritu, la compaña, es aquello que tú sientes, que sólo lo sabe Dios que es el que la vida mantiene y te la deja en tu cuerpo hasta que Llamada llegue.

Dijo uno:

Cierto que hay veces que en la soledad del espíritu no te da compaña la gente, al contrario, más soledad te sientes. Los espíritus de Dios transmiten fuerza, alegría y quitan tristeza, achican sufrir sólo con su presencia. Esto, si lo estudias, das justa respuesta.

Desperté, oí:

Solo se encuentra el espíritu
cuando se aparta de Dios
y cuando está rodeado de vidas,
que no son vidas
para el que a Dios quiere Amarlo.

Aunque tengas la tristeza
que la vida te ha dejado,
si con dos espíritus de Dios
tienes contacto,
tu soledad ya se ha marchado.

La tristeza y la alegría
son dos espíritus contrarios.

Puedes tener sufrimientos
y sentirte acompañado
de un Poder Único,
que sólo Dios puede darlo.

Búscale compaña de Dios al espíritu,
aunque te vean solitario.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C3

jueves, 18 de mayo de 2017

Ama a Dios

En Sueño Profético decían:

Si amas a Dios,
tus actos lo van diciendo.

Si amas a Dios,
sale Amor de tu cuerpo,
y tu lengua, con tu acción,
hace servicio a este Cielo.

Si amas a Dios,
este Amor da sufrimiento
cuando ves que el hombre vive
sin la mirada en el Cielo.

El Cielo espera al hombre,
no sólo cuando ha muerto el cuerpo,
el Cielo espera
para dar la antorcha a la oscuridad
que te pone el sufrimiento.

El sufrimiento lo agrandas o lo achicas
según oigas el consejo.

El que vive amando a Dios,
chico te lo irá poniendo.
Y el que está en contra de Dios,
no se cansa de decirte:
“¿por qué también sufre
el que vive siempre
con la Palabra de Dios?”.

Al decir estas palabras,
ya sufre al oírlas
el que ama a Dios.

Es alegría con llanto
cuando quitas sufrimientos,
o cuando no puedes quitarlos.

Desperté, oí:

Si sientes Amor de Dios,
busca sufrir sin descanso,
para quitar el sufrir
donde el sufrir ha acampado.

El sufrimiento te teme
cuando Amor de Dios
llevas en las Palabras,
cuando tú te haces fuerte,
y te traes a tu memoria:
calvario, cruz y muerte.

Corrí montes y senderos,
secando con mis palabras
las lágrimas sin pañuelo.

Había lágrimas que veía
porque caían empujadas
por el sufrimiento,
y otras lágrimas se escondían
y aparecían en mis ojos
cuando yo miraba al Cielo.

¡Ay sufrimientos del hombre,
que los agranda
la falta de Amor al Cielo!

¡Ay sufrimiento de Tierra,
que puede solo curarlo
aquel que  a Dios siempre sienta!

Si sientes a Dios por dentro,
ejerce esta carrera.
Yo la practiqué con cuerpo,
y Aquí ya la sigo Eterna.
Si mi nombre no lo doy,
saben que soy Teresa.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C3

miércoles, 17 de mayo de 2017

Sembrador de Dios

En Sueño Profético decían:

Las cosas de Dios son sencillas, y cuando llegan al hombre, el hombre las transforma, por falta de Cultura Divina. Las cosas de Dios son sencillas y más las comprende el que más a Dios sigue, pero que sea un seguir como sembrador que siembra y no deja lo que siembra hasta coger recolección.

Dijo uno:

Que piense el hombre: si el sembrador no se ocupara más de la siembra hasta que le llegara la recolección, y no viera la tierra ni apareciera por la tierra que sembró, hasta llegar la cosecha…(?) Pues esto quiere hacer el hombre, y lo hace con la Palabra de Dios. La oye poco y menos la practica, y luego quiere coger buena y abundante recolección. Las cosas de Dios son sembrar semilla de Dios –que son sus Palabras– y no dejar de ir a verla, porque esta siembra te llama para después darte la recolección que tú sembraste, para que la repartas.

Desperté, oí:

Hay quien toma la Palabra de Dios en los ratos que le sobran.

Otros hacen una siembra, y ya jamás de la siembra se acuerdan. Y cuando ven la cosecha, sufren porque otro la recolección se lleva.

Las cosas de Dios tienes que sembrarlas y esperar con alegría el coger el fruto que a la tierra Dios le dio.

Si sembraste y te fuiste, no te interesaba Dios.

Ya, otros llegaron, sembraron y esperan recolección.

Hazte sembrador de Dios y recibe de rodillas la semilla que te dio.

Pero nunca te retires para que otro recoja la siembra que Dios te dio.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C3

martes, 16 de mayo de 2017

El cuerpo es cerillo

En Sueño Profético decían:

El que cree en Aquí, busca estas Palabras ahí, que son dichas y cundidas sin miedo por el que Dios manda. La fuerza del creer busca y defiende estas Palabras que bajan del Cielo sin el hombre poder reformarlas.

Dijo uno:

El hombre les dará desprecio, pero llegar a reformarlas por decir que no son del Cielo, esto, antes de decirlo, quedarían muertos. No muertos sólo para la Tierra, que serían muertos para el Cielo, que ya hay muertos de los que están dando desprecio.

La Gloria es fácil alcanzarla y difícil entrar en ella.

La alcanza el arrepentimiento cuando tú te das cuenta de que no has cumplido los Mandamientos. Y al desprecio, ángeles y santos cierran Puertas, porque buscan Gloria cuando en la Tierra desprecian el cuerpo por ser ya pienso de los gusanos. El cuerpo queda en la Tierra y el espíritu en el Infierno, que ahí se le abren las puertas por hacerle servicio al príncipe de los demonios, con tener esta Grandeza tan parada y tan aprisa poniendo sufrimientos, pero no podrán jamás conseguir aquí el silencio.

¡Hombres sin pensar en la vida del cuerpo y comparar con la vida del espíritu!

La del cuerpo es cerillo que enciendes que poco dura, esto contando que no le soples, que es la muerte repentina.

Desperté, oí:

Pues apagando el cerillo o dejándolo que con su tiempo se apague, es más larga su vida que la que el hombre se hace.

¡Cómo no emplean estudios para poner la razón de que en el mundo todo es movido por la Palabra de Dios!

Y también los emplearán para seguir los pasos del que dice: “Dios me habla”.

Aquí la razón contesta con estas Palabras escritas, que el certificado sale de la Gloria.

Es fácil alcanzar la Gloria, y difícil entrar en ella con este desprecio tan grande.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C4

lunes, 15 de mayo de 2017

Siglo del fracaso por el pecado

En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios, de su sentir, y de este sentir, cómo daba respuesta.

La respuesta es, que nada te llena, y a todo le das salida, porque ves una puerta que a Dios te encamina. Este sentir te hecha freno para todo en esa vida, y el pensar viene primero:

Señor, yo sin Ti
no quiero esta vida,
porque a tu sentir
yo le llamo Vida,
y nada me atrae
sin tu Compañía.

Si tengo un sufrir,
no tengo alegría,
pero pienso en Ti,
y ya vivo vida,
vida sin corajes,
sin odio y sin avaricia.

Éste es el sentir
que el hombre hoy necesita.

Dijo uno:

Sin sentir a Dios,
eres árbol sin raíces
encima de la tierra,
que te tira al suelo
cualquiera que quiera.

El sentir a Dios
te pone tal fuerza,
que vas contagiando
el sitio que llegas.

Nadie, sin sentir a Dios,
hace vida buena,
porque las leyes del hombre,
pecado no lo condenan,
que éste es el gigante fracaso
que al hombre, con peligro acecha.

Éste es el mal del hombre:
darle entrada al pecado
y hacerle hasta reverencia,
diciendo:

“Esto no es malo,
son leyes que puso el hombre,
que pertenecen al pasado”.

Desperté, oí:

Si el hombre sintiera a Dios,
le sobraría más de la mitad
de lo que en la Tierra cree necesario,
y no andaría de cabeza,
aunque de pie lo vieras andando.

El sufrimiento del hombre
es querer siempre algo.

Algo en lo que no participe Dios,
porque estamos en el siglo del adelanto.

Que en Gloria tiene este nombre:
“Siglo del fracaso por el pecado”.

Si el hombre sintiera a Dios,
pocos serían condenados.


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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C2

viernes, 12 de mayo de 2017

Sufrimiento grande agota lágrimas

En Sueño Profético hablaban del sufrimiento. Decían que había sufrimientos que si se pagaran con lágrimas, no podrían pagarse, porque faltarían lágrimas, del sufrir que era tan grande. Cuando en el sufrimiento más te acercas a Dios, ya el sufrimiento espera la respuesta de Dios.

Dijo uno:

Cierto que faltan lágrimas cuando llega un sufrimiento, que más quedan dentro que por fuera están viendo. Que son los sufrimientos que no son de cuerpo enfermo, que son los que se esconden por no oír palabras que los agranden. Porque para comprenderlos, primero tienes que amar a Dios y ofrecerte para que te mande en lo que tú puedas hacer para el sufrimiento quitarles, pero se ofrecen más a curar la carne que al sufrir ayudarle.

Desperté, oí:

Sufrimiento grande agota lágrimas,
porque las derramó
cuando no lo vio nadie.

En cambio, en el sufrimiento por el cuerpo,
hay veces que encuentras
quien te acompañe. 

Y ves sacar el pañuelo
cuando el tuyo tú sacaste.

Y cunden el sufrimiento
y se ofrecen a Dios para curarlo.

En cambio,
en los sufrimientos de espíritu,
sólo a Dios puedes llamarlo.

Que si esta llamada
es con espera y Amor,
Él te manda el milagro.

Y ya cunden sufrimiento premiado.


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Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C7

miércoles, 10 de mayo de 2017

El ciego que dejó dudas

En Sueño Profético decían:

Si crees en el Poder de Dios,
lleva siempre el traje de la Fe,
que este traje es inconfundible
para todo el que lo ve.

La Fe es la que hace
que te puedan conocer,
que Dios va siempre delante
y tú vas detrás de Él.

La Fe te abre caminos
donde caminos no ve
el que le falta ponerse
este traje de la Fe.
       
Dijo uno:

La Fe cura enfermedades
que el hombre en el cuerpo ve.

Yo vi a un ciego,
que a veces
veías que era ciego
por lo que decía él.

Esto, si estaba sentado
y nada iba a coger.

Tenía sus ojos grandes
y limpios, de amanecer.

Su mirada él la echaba
en aquel que le hablaba
y miraba hacia él.

Siempre tenía en su boca:
¡Yo tengo un día que ver!

¡Si a mí no me falta nada,
tan sólo el día que Dios diga:
“Hoy vas a ver”!  

Es su Palabra
la que mis ojos esperan,
y yo espero
el romper de este no ver.

Desperté, oí:

Hubo que hablar en el pueblo
cuando el ciego ya no era ciego.

El que creía en Dios,
milagro iba cundiendo.

El que no creía en Dios, decía:
“Es que no era tan ciego”.

Él se manejaba bien,
y siempre risueño y contento.

Iba vestido de Fe,
y lástima no daba
como daban otro ciegos.

Esta Fe le da la vista,
dando premio.

Treinta años iba alcanzando
cuando vio la Luz del Cielo.

“El ciego que dejó dudas”,
en el pueblo le pusieron.

Pero iban a buscarlo
enfermos de espíritu
y enfermos de cuerpo.

Él recitaba la Fe,
para no perder el Cielo.

Dos siglos ya han pasado
que ahí ocurrió este hecho.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C2

lunes, 8 de mayo de 2017

¿Qué era y es la ley de vida?

En Sueño Profético decían:

Ve el hombre extraño que Dios en un Lugar hable, y no ve extraño que Dios el mundo lo acabe.

Ve el hombre normal el vivir sin practicar el Evangelio, y no ve normal que cuando muera su cuerpo, su espíritu no pueda entrar en Su Reino.

Ve el hombre normal que haya hambrientos, y no ve normal que Dios le cambie el vivir por un poco tiempo.

Pordiosero, rico; rico, pordiosero. Si Dios esto no lo hace es porque ese mundo es gota de agua que cae en los mares.

Dijo uno:

Cien años de vida el cuerpo, pocos lo han contado. Y ¿qué son cien años de vida si los comparas con los que ahí vivieron antes de bajar Dios Hijo a la Tierra y aún siguen viviendo?

Desperté, oí:

Ponían muchas comparaciones para que luego el espíritu enseñara a la materia.

Hablaban del hombre, de la extrañeza que ponía cuando Dios, el Dios le ponía delante. 

¿Qué era y es la ley de vida?

Vivir un tiempo practicando, sin Dios obligar, que a Él lo amen.

Esto es lo que debería extrañarle al hombre, no que se hable de un Dios Vivo donde Él quiera que hablen. 


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C3

sábado, 6 de mayo de 2017

Dios da Poder al espíritu

En Sueño Profético vi la Imagen de Dios Hombre, que no podría describirla si no me la dictaran. Venía como andando, pero no había suelo. No se le veían los Pies. Su Cuerpo traía una túnica blanca, más bien tirando a cruda. Sus Brazos los traía abiertos, como está en la Cruz, pero sin Cruz. La manga colgaba mucho de sus Brazos. En su Gloria Lo vi normal, en la Tierra no sé explicarlo. Quise pedirle y no pude, y tampoco reverenciarlo. No es ésta la palabra, es que faltaba el suelo y el cuerpo. Sólo dije: ¡Señor! Y fue desapareciendo, y siguieron hablando:

Dios, Campanas sin sonido,
en el espíritu que entra.

Dios, que el silencio a Él se ofrece
para formar el escándalo.

Dios, que sus Brazos te dan Vida
y no te llega la muerte.

Dios, que al mundo se entrega
y el mundo Le da muerte.

Desperté, oí:
Dios da Poder al espíritu,
para que el espíritu suelte el cuerpo,
venga a su Gloria
y vea a Dios con Cuerpo.

Brazos que Dios ofrece,
refugio de los lamentos.

Brazos que están sin clavos,
sin Cruz que los hombres Le pusieron.

Este Dictado no es digno de oírlo
aquel que no ame al Cielo.

Si lo oyes con Amor,
tú también notas consuelo.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C1

viernes, 5 de mayo de 2017

El cosario

En Sueño Profético decían:

¡Qué vacío y qué frialdad tiene que vivir el hombre que alejado de Dios está! Porque el vivir de la Tierra, sin Dios, pocas alegrías da, y lo que crees alegría, en lágrimas puede quedar.

Dijo uno:

Yo, cuando viví con materia, aprendí mucho de las vidas que vivían gente mala y gente buena, dado a mi profesión, que desde niño era cosario.

Mi padre, cuando murió, me dejó bien enseñado cómo tratar al pudiente y al que vivía avergonzado. Éstas eran sus palabras:

“El nombre de Dios, primero. El que más rato te admita, más cerca está del Cielo. Y en tu bolsillo verás que Dios te entra el dinero. El que ofenda a Dios, que busque otro recadero”.

Una mañana iba yo en mi mulo, canturreando, de la alegría tan grande que por dentro iba guardando, hasta llegar al camino. Yo creía que mi canto sólo lo oían los sembrados y los pajarillos.

Salió a mi camino un hombre que parecía que había dejado el palacio o un despacho de orientar derechos o aclarar testamentos, y me dijo medio llorando:

   –¿Siempre llevas esa alegría?

Me paré y fui a saludarlo. Me abrazó con ganas, y ya rompió en llanto:

   –Vivo teniendo lo que no gasto, pero me retiré de Dios hace varios años, y mi vida ya no es vida, siento algo de la vida cuando estoy en el campo.

Desperté, oí:

El cosario siempre iba cantando,
y casi siempre empezaba o terminaba
con el nombre de Dios,
Gloria, Providencia o Cielo.
La alegría lo acompañaba de música,
y su nombre se iba cundiendo.

Este hombre que vivía de las letras,
va en busca del corsario.
Vivía vida sin Dios,
y su vida era un calvario.

Pero calvario sin Dios.
Porque si vives calvario
y a Dios Lo sientes contigo,
es dolor ya sin dolor.

Si la vida de la Tierra
te ofreciera pozos llenos de monedas,
si te retiran de Dios,
hazte cosario,
y ya Le sirves a Dios.
Si sientes a Dios por dentro,
son las monedas que sirven
para entregar en el Cielo.

Estas monedas ya igualan
al culto, al rudo,
al rico y al pordiosero,
sin diferencias de sitios.


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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C6

jueves, 4 de mayo de 2017

El remordimiento del molinero

En Sueño Profético decían:

No hay compañero peor, ni que de más sufrimiento, que te sientas siempre acompañado de un gigante remordimiento. El remordimiento es algo que no se amolda al secreto. Éste te sale a la cara o te hace estar enfermo.

Dijo uno que se reunía con los Discípulos de Jesús para él también hacer lo que los Discípulos hacían:

Yo traté a un molinero que me fue a buscar después de que el hombre a Dios Le diera muerte de cruz. Y sus palabras contagiaban sufrimiento. Me buscó y éstas fueron sus primeras palabras:

“Vengo a buscarlo para oír palabras duras, que son las que pueden quitarme el remordimiento. El sitio que tú tienes, lo tienes por mi desprecio. Fui guiado por espíritus que no querían al Maestro. Hoy no sé a dónde ir. Ya me veo sin remedio”.

Desperté, oí:

No pude darle palabras
ni de consejo ni de consuelo.

Si hubiera sido de pecado,
yo me atrevo a cogerlo,
echándole el brazo por encima,
como hacía el Maestro.

Pero éste era pecado de desprecio.

Que tan sólo Dios podía saber
si seguía con el desprecio
o había arrepentimiento.

Por más que miraba al Cielo,
no me atrevía a decir
“mañana vente con ellos”.          

Si Dios te da sus Palabras
y Le dices “no las quiero”,
nadie puede ya saber
si hay arrepentimiento.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C2

miércoles, 3 de mayo de 2017

No puedo llamar a Dios porque desprecié su Gloria

En Sueño Profético decían:

Esta justificando el hombre, que no quiere saber de Dios. Pero Dios, Poder Infinito, no le pone silencio a estas Comunicaciones, para dejar al descubierto al que pone su Nombre en su boca sin sentir la Existencia del que deja que su lengua sirva para otras palabras que van en contra de las Palabras que bajan del Cielo.

Dijo uno con el Mando de Dios:

A más publicación y menos silencio, más se destacan los que son de Dios de los que parecen serlo.

Son más culpables los que Esto tienen en sus manos y lo tienen en silencio, que los que están lejos, aunque oyeron algunas campanas y no acudieron.

No tienen disculpa ante Dios, Ministros de Dios ni seglares pudiendo.

Tiene que ser horroroso verte morir sin remedio.

Desperté, oí:

Porque Dios perdona cuando tú Lo buscas pidiendo el Perdón.

Pero no cuando está hablando y tú Le pones el no.

Le pones el no con el desprecio a su Mando y persiguiendo al Portavoz.

El día que llegue el Juicio Final, ¿qué podrá decir el hombre que supo que Dios, a diario, mandaba un Mensaje, y él no quiso saber nada?

Tiene que ser muerte horrorosa cuando te veas morir y pienses: “No puedo llamar a Dios porque desprecié su Gloria”.

Si ahora, en estos momentos, bajara Dios con Cuerpo a la Tierra, si dejara al hombre con Libertad, otra vez Lo matarían.

Piensa, si sabiendo esto, Dios puede traer un espíritu a su Gloria cuando ya el cuerpo no tenga vida.

Esta Enseñanza irá acortando el ir detrás del que, sabiéndolo, no acuda.

Es un recinto muy chico el Lugar donde Dios eligió, hace 29 años, a un espíritu, con estas Palabras:

Que Me ves, dilo”.

Si este Lugar guarda silencio, ¿cómo Dios, luego, lo va a meter en su Reino Prometido? Entrarán pocos, que son los que buscan al Elegido.

Esto no son amenazas, es el Permitir de Dios lo que el hombre ha querido.


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C5