En Sueño Profético hablaban de la Caridad. Decían:
Si la caridad no es de Dios, al bueno lo haces malo, y tratarás de que piense lo que nunca había pensado.
Hay quien hace caridad empujando a la venganza. Otros dan la caridad y a Dios ponen de culpable con estas palabras de insulto: “¿Dios, por qué consiente esto, con lo bueno que yo siempre he hecho?”. Esto lo dice en público, como el pregón el pregonero. Ésta no es la Caridad que se respira del Cielo. Con la Caridad que va de Dios, al malo lo ven ya bueno, porque esta Caridad transmite la Paz al cuerpo y te hace que comprendas que Dios no es un dictador. El dejó sus Mandamientos, que cumpliendo estas dos frases ya te dan el camino de las otras:
“Amarse como Yo os he amado, y al Prójimo como a vosotros mismos”.
Amando como Él, haces bueno al malo, y al Prójimo como si tú fueras.
El Prójimo ya siente la necesidad y la compaña de Dios, porque Prójimo es Dios.
Desperté, oí:
Si no llevas a Dios,
no vayas al Prójimo.
Porque tus palabras
darán venganza y odio.
Amando a Dios,
llamas al Prójimo.
Y tus palabras nunca serán
de venganza ni de odio.
Practicando el Nuevo Mandamiento
que Dios al hombre le dejó,
ya el hombre sería bueno
con la Presencia de Dios.
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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C4
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