En Sueño Profético hablaban de las muchas interpretaciones que el hombre tiene hechas de Dios, de su Poder, de su Premiar, de su Perdonar y de su Permitir. Si el hombre pensara en estas cuatros palabras, él sólo se haría la contra.
Si piensas en su Poder, ves que nada en la Tierra puede enfrentarse a este Poder.
Premiar, es el hombre el que lo pide con sus obras. Y Dios lo premia mandándole a su espíritu contacto con la Gloria, que ya su nombre es Elegido. De estos Elegidos, los hay, para que al hombre le digan: “Yo he visto o he oído lo que me hacen la contra, pero yo lo he visto u oído”. Y tiene un don de Dios que nadie tiene ni puede aprenderlo.
A perdonar fue a lo que Dios bajó a la Tierra. A perdonar y a enseñar a vivir sus Palabras para que no perdieran su Reino, que era de donde Él había bajado para que el hombre se amara, y así, Él no tendría diferencias, por ser Padre y todos hijos.
Ya, el Permitir, no quiere el hombre entenderlo.
Desperté, oí:
El Permitir de Dios
no debería interpretarlo el hombre
como lo interpreta.
El Permitir es, por ser Dios
y querer la Salvación del hombre.
Esperando que el hombre Lo busque
con palabras o con llanto.
En el Permitir entra la Libertad que Dios deja,
para que se conozca el que a Él Lo ama.
Si Dios no permitiera,
el mundo ya no existiría,
pero antes de Dios hacerse Hombre
y bajar a la Tierra.
Si Dios no fuera Dios,
Dios les quitaría a los mares la obediencia,
y al día, la luz y el sol,
dejando al mundo en tinieblas.
Y después, con una Palabra,
quedaría el mundo
como antes de que mundo fuera.
Todo está en manos de Dios,
aunque el hombre a Dios no quiera.
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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C3
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