En Sueño Profético enseñaban cómo transmitir la Paz de tu espíritu o la rebeldía. Decían:
La Paz sale de las buenas obras, en acción, en palabras o del pensamiento. Esto, hecho por Dios, Él lo firma y ya lo estás viendo. Si es en acción, es normal lo recibido cogerlo, porque va de Dios. Si salen palabras, vas apacentando como el pastor hace en el rebaño. Ya, tu pensamiento no puede retener pensamientos malos, y antes de que lleguen, ya los estás parando, pidiéndole a Dios que cambie por buenos los pensamientos malos. De aquí sale Paz.
La rebeldía contagia y quita valor a lo bien hecho, y ya da intranquilidad y dureza al sentimiento, y ves crecer la maldad alborotando tu cuerpo, y no puedes sentir Paz ni arreglar nada que con Paz tendría arreglo.
Desperté, oí:
Ponían en la Gloria muchas comparaciones de un espíritu con Paz a un espíritu rebelde.
El que te dé la Paz, no puede ser rebelde.
El que su acción es normal en vestir al desnudo, darle al hambriento comida y levantar al caído, éste da Paz.
El rebelde no puede vivir con Paz y alborota donde llega, aunque palabras no oigas.
Es maldad entregada con rebeldía, que a Dios no puedes llevar y la Paz se te retira.
Si quieres que en tu espíritu viva la Paz, dale el alimento del Cielo, que es cumplir este Mandar.
Y hacerlo con el amor que al niño enseñas a andar.
Entonces, el que recibe a Dios, las gracias Le da.
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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C1
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