Quedé dormida pensando: “Señor, hoy me has dado muchas alegrías”.
En Sueño Profético decían:
Dios se deja ver en el Prójimo, y ya da la alegría.
Hay veces que el espíritu del mal entra en la Libertad que Dios deja, y ya roba Paz y agranda sufrimientos. El espíritu del mal persigue lo que sirve de ejemplo para traer al Cielo.
El Poder de Dios es Poder Eterno.
Dijo uno:
Este Poder se presenta en cualquier momento, y ves que el hombre no puede achicarlo ni detenerlo. No se presenta avisando porque ofrezcan dinero. Este Poder va al espíritu que quiere Poder del Cielo. Allí lleva Dios Poder, Poder que baja del Cielo.
Desperté, oí:
Disfrutan más el Poder de Dios
los que más a Dios Lo buscan.
Los que menos buscan a Dios,
más presos del mal viven.
Hay hombres buenos, tan buenos,
que el “bueno de Dios” retiran.
Y Dios coge otros caminos
y manda su Poder sin clase
ni diferencia de sitios.
El hombre elige al hombre,
dándole clase y sitio.
Y Dios elige al que dice:
“Señor, si quieres, Te sirvo.
Que si el Mando va de Ti,
yo sé que vienes conmigo”.
***
Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C6
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