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domingo, 2 de abril de 2023

A Dios Lo quieres ver como está en la Gloria

En Sueño Profético decían:

¡Qué distinto es recordar a Dios Vivo, como está con Cuerpo en la Gloria, a Ver cómo lo sacan por las calles, sin ropa y con pinchos clavando su Cuerpo, no viendo ni una cara con pena! Esto lo hace el hombre porque le falta Amor. Cuando sientes Amor a Dios, este Amor no se puede ocultar.

Esto lo decían unos Discípulos de Dios.

Nosotros no podíamos ver al Maestro con la cara triste. Esta tristeza se la veías cuando hablábamos de Dios Hijo, Maestro para nosotros, y los que nos oían nos daban la espalda. Él, entonces, decía:

“Éstos, ya no pueden entrar en mi Gloria, porque si en la Tierra hacen daño, más harían en el Reino donde está Dios Padre. Yo Soy Dios Hijo y sufro porque veo que no quieren oír la Palabra que mi Padre a Mí Me dice y Yo le digo a mis Discípulos”.

Dijo Santiago:

“Estas Palabras, cuando nos las decía el Maestro, la cara, a los que las oíamos, se nos cambiaba. Si oíamos con alegría hablar del Maestro, nuestras caras lo decían. Y si no Lo aceptaban, no podíamos estar delante de la presencia de éstos.

El hombre hace representación de su Crucifixión, y gran cantidad de público Lo ve clavado en la Cruz, con grandes risas, haciendo palmas y cantando, y después de verlo como se está diciendo, se van de fiesta. Esto, los Discípulos, con el Poder de Dios, lo estamos viendo.

No pienses que haces mal al ver mal cómo Lo llevan, porque cuando se cree y se ama a Dios, no quisieras verlo sin Túnica y en el Cuerpo con las mismas heridas de muerte que Le hicieron.

Para comprender esto, tienes que oírle al Elegido cómo Dios arroba su espíritu y le manda que todo quede dictado.

Cuando Dios le hace al Elegido ver su Presencia, lo hace con Cuerpo, como está en la Gloria, con su Túnica, como estaba con nosotros, sus Discípulos.

Yo soy Santiago, y diré el Mando que Dios me ha dado para que diga las Palabras que dicen en la Gloria, donde Dios está Vivo, con Cuerpo.

Desperté, oí:

Sigue pensando que a Dios Lo quieres ver como está en la Gloria.

Porque al verlo como estaba cuando Lo clavaron, tu sufrir se agranda y ya no disfrutas de la Visión que Dios con Cuerpo te hace en su Gloria.

Esta Visión es de una gran alegría.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C6

jueves, 22 de abril de 2021

Cuando tienes lo que quieres, no lo quieres

En Sueño Profético hablaban de los Discípulos. Decían:

Los Discípulos estaban con el Maestro, pero ellos no sabían nada de lo que el Maestro hacía. Había quien le preguntaba, y Él, su respuesta era de Amor y claridad. El Amor lo comprendían mejor. Pues éstos lo amaban tanto, que parte de su alimento era este Amor. La claridad no siempre la veían. Este Amor les impedía llegar a contentarse, a verse todos sin la presencia de Él. Esto, ni lo comprendían ni el Amor los dejaba ver. Ellos ya estaban preparados, pero qué ocurriría cuando quedaran solos frente al hombre. ¡Si cuando Él recibía las ofensas, ellos las sufrían! Pero las sufrían y tenían el bálsamo de sus Palabras. ¿Qué pasaría cuando hubiera llaga sin bálsamo? Esto lo pensaban, y viendo tan grande su Amor, sin querer, había momentos que éste era su pensar: “Nosotros no podríamos vivir sin Maestro y ¿cómo Él sin Discípulos? Esto les hacía entristecer. Ellos se llenaban de Aliento de Vida Eterna y caminaban, pero ¿cómo caminar sin este llenar?

Desperté, oí:    

Cuando tienes lo que quieres, no lo quieres. Y cuando no lo tengas, lo querrás.

Los Discípulos Lo querían cuando Lo tenían, y Lo lloraban antes de que se fuera.

Lo que no comprendían era que al faltar Él, su Sabiduría sería inmensamente aumentada.

A Él Le mandaba el Padre su Espíritu, y Él se Lo mandaría a ellos.

Él los enseñó, para que el que aprendiera, enseñara.

Su espíritu no podría vivir en ellos hasta que no dejara de ser Hombre.

Su Espíritu estaba ya en Materia.

Por eso Profeta es, coger Dios un Lugar para comunicarse al hombre.

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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - C4

lunes, 11 de noviembre de 2019

Conciencia, ¿qué quieres que haga?

En Sueño Profético decían:
Si el hombre pusiera su dinero y su cargo al servicio de Dios, no habría mejor apostolado, y muy pocos perderían el Reino de Dios.

Si el hombre se ofreciera a Dios con lo que le había dado o permitido, constantemente oiría alabanzas a Dios.

Si el hombre pensara en su dinero o en su cargo, que era por un tiempo, como sus pies y sus manos, no podría alejarse del sitio que le dijeran: “Allí Dios da el ciento por uno”.

Si el hombre pensara en su dinero o en su cargo, ¡cuántos hombres dejarían de ser un poco más malos! Y se irían curando de esta enfermedad que abunda y crece a pasos agigantados.

El dinero y los cargos son los que tienen poder para acabar con lo malo. Enseñando que hombre sin Dios, es traje colgado, que por bueno que sea, no va a ningún lado; corbata sin cuello, sortija sin dedos.

Desperté, oí:

Todo es falta de Enseñanza
y no consultarle a la conciencia:
“Conciencia,
¿qué quieres que haga?

Si de esto es dueño Dios,
llévame por el camino
que mi cargo y mi dinero
sean para el servicio de Dios”.

Ya te dirá la conciencia
cómo tienes que sembrar
para que tengas mejor cosecha.

Si esta Enseñanza,
el dinero y el cargo
dijeran de enseñarla,
nadie se ofendería,
porque a todos
ganancias les llegarían.

Si el hombre practicara la conciencia,
como el cojo las muletas,
no podría moverse sin decir:
“¿Qué hago, conciencia?”


***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C3

jueves, 14 de marzo de 2019

Señor, ¿qué quieres de mí que yo pueda hacer y, por no saberlo, no lo haga?

En Sueño Profético decían:

Qué pocos buscan a Dios para decirle: “Señor, ¿qué quieres de mí que yo pueda hacer y, por no saberlo, no lo haga? Señor, si yo Te ofendiera, por no obedecer tus Palabras, no merezco ver la luz del día, ni que en mi boca suenen las palabras”.

¡Qué pocos buscan, con preferencia, estas Palabras!

Dijo uno:

La Gloria llama al hombre, pero la Gloria no obliga, ni puede recibir desprecio del que la Gloria la ponga después de lo que tiene el suelo. Que eso es estar contentando a los espíritus que están al servicio del Infierno. Que estos espíritus dan premio con el pecado y poniéndote en contra del Cielo. Por eso, la obediencia a la Palabra que el Elegido de Aquí lleva, es barrera que no la pasan los diablos que están sueltos. Si el hombre pensara, al día, un segundo en el Infierno, no podría vivir con este susto por dentro. Es que ya es vergonzoso repetir este Evangelio, diciendo, unas horas antes, lo que le han dicho a un espíritu sin cuerpo.

Desperté, oí:

Da menos sufrir en la Gloria
uno que esté lejos del que Dios elige,
que el que esté cerca.

Y tendrá más Mando
el que tenga más obediencia
y ponga estas palabras
en preferencia.

Dios permite,
pero hay permitir que Dios retira
por el daño que hacen.

Si Dios no fuera Dios,
le prohibiría al Elegido contar el arrobo,
si obediencia no cumplió.

Quien desprecia al que Dios manda,
está despreciando a Dios.

Pon la saliva en la Tierra
y en el Cielo la oración.

La saliva da desprecio.
Y la oración llama a Dios,
diciendo: “Señor,
¿qué quieres de mí
que yo pueda hacer y,
por no saberlo, no lo haga?”.

Con esta oración,
ya está pidiendo Mando.


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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C3

domingo, 14 de octubre de 2018

Si quieres saber dónde actúa Dios

En Sueño Profético decían:

Si quieres saber dónde actúa Dios, no verás tristeza, porque la tristeza no es de Dios.

Si quieres saber dónde actúa Dios, verás con qué fuerza y con qué calma recibe y da explicación.

Si quieres saber dónde actúa Dios, ya te lo dirá algo en tu interior: o buscas la Paz en aquel Lugar o no puedes estar, por el mal estar que tu espíritu siente hacia la Palabra de Dios, hoy diciéndola en público y en silencio.

En silencio en el arrobo, y en público, cuando el arrobo se ha dictado y su copia es pregonada.

Dijo uno:

En la actuación de Dios –actuación en esta manera– no puede nadie poner la mentira para decir que verdad no fuera. Esta actuación no admite pecado, ira ni soberbia. La injusticia, pide a Dios que el hombre la vea, y al sufrir nunca le pone tristeza, y su Enseñanza va dejando lo de Dios, que va haciendo milagros y quitando penas.

Desperté, oí:

Todavía hay una mayoría de practicantes de la Palabra de Dios que no saben que la tristeza no es de Dios.

La tristeza es enfermedad que ponen los espíritus que no están en la Gloria.

El sufrimiento de la vida te carga de pena, pero tu espíritu, si está con Dios, siente pena con alegría porque en Él confías, y en esta confianza, a la tristeza retiras.

Jesús dijo a sus Discípulos:

No entristeceros, que Yo siempre estaré con vosotros, para que no falte la Paz y la Alegría”.

“Que esta Paz y Alegría la da el que no vive pecado y en Mí confía”.

“Tened al Prójimo siempre presente como a la noche y al día
”.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C2

miércoles, 7 de febrero de 2018

Cuando tú quieres, no puedes fingir que no quieres

En Sueño Profético hablaban del espíritu y del cuerpo. Decían:

Hay cosas en tu espíritu que no las sabe tu cuerpo, porque tú las detienes cuando llega el momento, que es fingir lo que no estás sintiendo. Que esto se puede hacer en lo malo y en lo bueno. Pero en las cosas de Dios no puedes fingir Amor si por dentro no lo sientes, porque el cuerpo te descubre en tu cara y en tus gestos. Esto es madre con hijo en brazos que quiere ocultar que lo quiere. No podría hacer el papel. En cambio, si no lo quería e iba a dejarlo, haría el papel apretando y acunando aquello que no sentía. Esto sí puede tu cuerpo demostrarlo. Pero si el espíritu es de Dios –cosa que a Dios agranda–, tú no puedes taparlo haciendo el papel de que no lo amas.

Desperté, oí:

Va el Mensaje a que cuando tú quieres, no puedes fingir que no quieres.

En cambio, en el no querer, sí puedes hacer el papel y engañar, aunque sea por poco tiempo.

Pero el Amor a Dios tú no puedes fingirlo por papel o por convenio, porque este Amor pide que lo vayan viendo.

Decían que una madre podía fingir, sin querer al hijo, que mucho lo quería.

Pero quererlo y hacer ver que no lo quiere, no hay quien pueda hacer este papel, porque el Amor busca ser descubierto.

Pues piensa amar a Dios y poder guardar silencio.

Es más fácil hacer ver que Lo quieres sin quererlo, que quererlo ocultando este queriendo.

No puedes querer a Dios y vivir como el que no Lo está queriendo.

En cambio, el que no Lo quiere, puede fingir en algunos momentos.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C9

sábado, 23 de diciembre de 2017

Si tú quieres a Dios

En Sueño Profético decían:

Si tú quieres a Dios, tú sabes lo que es de Dios. Si tú quieres a Dios, tú no puedes vivir tranquilo sin acudir donde digan que habla Dios. Tú no mires el Lugar, oye la palabra y mira la acción que lleva la palabra, y ya dices: “Aquí Dios habla”.

Pero si tu querer a Dios es de palabras y no es sentido, es que ni quieres ni amas. En la Tierra engañarás, pero al que te deja que vivas el engaño, no Lo engañarás.

Dijo uno:

Se quedó más al descubierto, cuando Dios bajó a la Tierra, el que vivía con el nombre de Dios engañando, que el que no nombraba a Dios y por dentro tenía deseos de que le dijeran: ¡ya está anunciando día y hora del Nacimiento de Jesús! ¡Dicen que viene a salvar al hombre!

A éstos les llegó la noticia y cogieron el camino de Belén, abandonando todo lo poco que tenían y cogiendo lo mejor para Llevárselo.

Desperté, oí:

A éstos no les llegó el nombre de hipócritas.

Estos no guardaban engaño.

Porque amaban y deseaban conocer a Dios de Hombre, para ofrecerse en lo que les mandara.

Ellos sabían que no les mandaría lo que no podían Hacerle.

Los más humildes y los que menos pregonaban el deseo de conocer a aquel Niño que anunciaron los Profetas, fueron los primeros en Belén.

Va el Mensaje a que al creer en Dios y al Amarlo, no hay quien pueda vivir sin acudir a donde sepa que está hablando.

Todo lo que deseas, si es de Dios y te lo ofrecen, no puedes despreciarlo.

El desprecio certifica: “Yo no amo”.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C5

sábado, 29 de julio de 2017

Todo tiene su Enseñanza si tú la quieres practicar

En Sueño Profético enseñaban a vivir con Paz y valorando lo que es para el Cielo. Decían:

Coge lo de la Tierra
para que te haga servicio
el tiempo que estés en ella.

Hay quien hace señora
a lo que queda en la Tierra,
y ella vive de doncella.

Aquí no vive la Paz,
y cada día te lía
para llevarte y traerte
como hoja en vendaval,
que ya te llega el momento
que no disfrutas la Paz.

Todo tiene su Enseñanza
si tú la quieres practicar.

Dijo uno que sigue la Enseñanza:

Ya, en el sufrimiento retirado de Dios, aumenta el sufrimiento, llega desesperación y no quitas el sufrimiento. Éste lo vas contagiando, y vas apartando de Dios. Pero queda otra Enseñanza que el hombre no la practica porque cree que no le hace falta. Esta Enseñanza es al que tiene abundancia de dinero y sabe que otros no tienen ni quien se acuerde de ellos, y a él lo revisten de atenciones y lo tienen paralítico, para el día que se muera hacer a otros ricos. Ricos, que esto, estando enseñados, vives Paz y disfrutando de ver que cumples con Amor lo que Dios tiene mandado.

Desperté, oí:

Sufrimiento y dinero,
no sabes tú lo que harías
cuando te vieras con ello.

Por eso
hace falta la Enseñanza
para no perder el Cielo.

Sin Enseñanza
puedes tú ser
como los que estás viendo.

Nombraban en la Gloria
las cosas de la Tierra
como bastón en corta cojera.

Que cuando ya andas bien,
el bastón, en desprecio queda,
y que no te hablen de él,
que te molesta.

En sufrimiento y abundancia de dinero,
hace falta esta Enseñanza.


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C5

miércoles, 26 de julio de 2017

Si quieres vivir con Paz, valora lo del Cielo y desvalora lo de la Tierra

En Sueño Profético decían:

Si quieres vivir con Paz, valora lo del Cielo y desvalora lo de la Tierra. Lo del Cielo queda en el Cielo. Lo de la Tierra no sube al Cielo, es ladrón que te persigue para quitarte lo Eterno.

Dijo un espíritu de Dios:

Si el hombre se dominara los deseos de la Tierra, viviría Gloria en la Tierra, y la Paz le haría fronteras al espíritu del mal, que siempre está aconsejando algo que robe la Paz. Lo chico lo hace grande. Y lo grande no te lo deja quitar para que vivas la vida sin alegría y sin Paz. Y una vez que lo tienes, ya te vuelves guardián para que otro disfrute de aquello que a ti te robó la Paz.

Desperté, oí:

Daban valor en el Cielo
a lo que del Cielo sale
y a lo que en el Cielo entra.

Que es la Palabra de Dios,
y tu vida es la respuesta.

Tampoco pongas pensar
en no querer a la Tierra.

Que la Tierra es de Dios
y te da la comida,
la ropa y la vivienda.

Pero esto míralo
como pájaro que vuela,
que se aprovecha del árbol
que Dios le da vida en la Tierra.

Este Mensaje se titula:
“Si quieres vivir con Paz,
valora lo del Cielo
y desvalora lo de la Tierra”.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C3

miércoles, 19 de agosto de 2015

Si amas, quieres

En Sueño Profético decían:

Si a Dios quieres, a Dios amas. Y si amas, quieres. Si a Dios quieres, te ofreces de cirineo; este cirineo es para ayudar al Prójimo. Todos pueden ser cirineos. Hay más que necesitan cirineo, que puedan prescindir de él. Diciendo “Amor al Prójimo”, ya dices “Amor a Dios”.

El hombre ha puesto el querer a Dios en varias escalas, cuando ésta es única y universal. Por ejemplo, el que dice “yo respeto las cosas de Dios”, éste no ama a Dios.

El que ama a Dios, no Lo respeta, Le ruega y Lo alaba. El respeto es una antesala de lo que no vas a hacer bien.

Desperté, oí:

El que no ha creído en Dios y empieza a quererlo, supera al que siempre ha creído y no ha amado.

Es mejor no haber creído, que haber creído sin amarlo.

Creer en Dios no es completo.

Y si Lo amas, pon el completo.

El amarlo es el tronco, lo demás son las ramas.

Estas ramas, sin tronco, son secas.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - C5

martes, 18 de septiembre de 2012

Si quieres saber si hay Dios, piensa que hay Dios

En Sueño Profético decían:

Si no amas, quiere; cuando quieras, verás como amas.

Dios quiere que tú Lo quieras, para que tú recibas.

Si quieres saber si hay Dios, piensa que hay Dios.

Cuando se ama, gusta saber lo que dice el Amado.

No se puede amar sin creer. Y sí se puede creer y no amar.

Cuando Dios habla, hay que oír y publicar. Pero el hombre es tan necio, que trata de meterle miedo a Dios.

Al que Dios le habla, el que no quiere que le hable, le ve más defectos que virtudes; le ve más defectos el que no es limpio con Dios, ignorando que antes de su Comunicación ya le ha purificado.

Desperté, oí:

El que habla Dios en él, tiene mil formar de saberse.

Pero el hombre tiene una, que es querer que Dios no hable.

Si Dios no hablara, tú no existirías.

Dios hizo al hombre para que el hombre viviera con Él, no para que el hombre Lo eliminara.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 193

viernes, 30 de marzo de 2012

Si a tu hijo dices que quieres, di que a Dios antes prefieres


En Sueño Profético hablaban de las madres.

Dijo una:

Para querer mucho al hijo, primero tienes que querer a Dios. No amar a Dios y decir “quiero a mi hijo”, es querer sin fondo, querer humano, querer para una satisfacción tuya o un porvenir que tú intentas asegurarte.

Madre queriendo al hijo, es primero Dios, porque Dios es el que se lo cuida, le cuida su espíritu y no deja le ensucien la carne.

Yo hablé con tantas madres
y a todas siempre decía:
Si a tu hijo dices que quieres,
di que a Dios antes prefieres.

Si a tu hijo quieres más,
cuando tu hijo se ensucie,
¿a quién puedes ir a buscar
que comprendiera tu llanto
y quitar su suciedad?

Suciedad que aquí en la Gloria
lo echarían para atrás,
pues lo sucio del pecado,
Dios lo aparta sin pensar.

Yo, antes de tener mi hijo,
a este Dios amaba ya,
y cuando lo tuve al hijo,
ya era mi disfrutar
de saber que yo lo amaba
y Dios lo amaría más.

Desperté, oí:

Dios tenía que amarlo más,
por ser espíritu suyo
y Vida de Eternidad.

¡Si yo quería a mi hijo,
y conmigo no podía estar
nada más que un rato chico,
que Él me quería prestar!

Porque la vida del cuerpo
se acaba antes de empezar.

Yo a las madres recomiendo
que echen todo su Amor
en esta Hucha Divina,
Hucha que sólo abre Dios,
cuando tú digas: ¡Dios mío!,
mi hijo es pecador.

Pero yo como soy madre,
por mí dale su Perdón.

Para esto a ti te sirve,
que ames primero a Dios.

MÓNICA DE AGUSTÍN


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 257-258

sábado, 3 de marzo de 2012

Si quieres el espíritu, recuerdas la materia como objeto que Dios te dio


En Sueño Profético decían:

No puedes amar a Dios y no querer la materia. La materia es de Dios. Dios permite la materia sirva el traje al espíritu que Él manda. No querer este traje es despreciar lo que Dios ya permite para sus espíritus.

El espíritu de Dios lo manda cuando ya ha permitido la materia. Esta materia es parte del hombre, pero el espíritu es sólo de Dios; Aquí, el hombre, no toma parte ninguna. Puede nacer una materia sana, pero sin espíritu: materia permitida por Dios, y espíritu que Dios no manda.

Dios se trae el espíritu, y Dios manda el espíritu. Ya Dios quiere tú quieras y cuides la carne; al querer y cuidar, ya tienes que sentir esta carne que antes Dios te permitió. No querer esta carne –traje del espíritu–, es no querer al espíritu, que éste sí es de Dios; es espíritu que Dios deja en Libertad, por no hacer de Dios.

María, La Sierva de Dios, acepta lo que el Padre manda, pero sus ojos siempre estaban llenos de lágrimas. Tenía la Presencia del Hijo, pero le faltaba la Presencia del Hijo con Materia.

Los Discípulos, y los que no creían que iban a poder pasar sin Maestro, tenían la Enseñanza del mismo Dios, pero todos éstos lloraron al Maestro sin que al Maestro esto Le extrañara, una vez que Él les había dicho: “Amaos como Yo os he amado. Yo voy al Padre, y vendrá mi Espíritu”.

Ellos pensaban: “Su Espíritu vendrá y nos amará, pero su Carne ya no estará más entre nosotros. ¡Cómo no llorar esto! ¡Cómo Dios se iba a enfadar!”.

Desperté, oí:

Si quieres el espíritu,
recuerdas la materia
como objeto que Dios te dio.

Si no quieres el espíritu,
no quieres nada de Dios.

El espíritu que no se quiere,
es el que no pertenece a Dios,
y su carne no recuerdas,
porque no habita con Dios.

La carne tampoco es tuya,
la carne también es de Dios.

Da la oración al espíritu,
y a la carne corrección.

La Virgen derramó lágrimas,
y sabía era Dios.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 238-239-240