En Sueño Profético decían:
Tú sigue con tu pregón, diciendo, “Dios me lo manda”, que todo el que lo desprecie, el Perdón de Aquí no lo alcanza, cuando ahí el cuerpo lo entierren.
Si Dios obligara al espíritu cuando ya no tiene cuerpo, sería un Dios sin Poder y con temor a los cuerpos.
Dijo uno:
Dios, para obligar al espíritu, obligaría antes al cuerpo, que podría obligarlo de muchas maneras, dejando al mundo sin luz, y ya enfermaría la Tierra, y el alimento no darlo hasta que a Dios no quisieran.
También podría dejar sin lágrimas a la Tierra, que son los mares, los ríos los veneros y los pantanos, donde el agua tiene presa. O tener 40 días el agua subiendo al cielo y del cielo bajara a la Tierra, obedeciendo a su Dueño. Esto, cayendo con prisa, por ser Mando de su Dueño.
Desperté, oí:
Dios no obliga a quererlo.
Pero como Él ama al hombre,
siempre manda pregoneros.
No hay número para poner,
de cuántas maneras,
Dios haría por fuerza
que el hombre Lo obedeciera.
Pero ya no sería Dios.
Sería un poder de la Tierra.
Que podría tener poder,
unos segundos o 90 años,
que Aquí, segundos se cuentan.
Dios deja la Libertad
mientras el cuerpo vive de la tierra.
Cuando la tierra tapa el cuerpo,
según como vivió,
así el sitio le espera.
Si ahí, con su libertad,
a Dios despreció,
cómo Dios le va a dar
Gloria por fuerza.
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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C3
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