En Sueño Profético se oía:
El Elegido,
la vida la sigue igual,
pero la vida
le está dando más alegrías
y más sufrimientos.
Que no es la vida,
que es lo que la vida
deja que vivas,
que es el hombre
y todo lo que tiene vida.
Las alegrías bajan del Cielo.
Los sufrimientos,
es el hombre el que los cría
con su mal comportamiento.
Que luego saldrán muchos
intentando arreglar
el mal tan grande hecho.
La vida la sigue igual
porque Dios es lo primero,
y nada puede llegar
y apartarla de este Cielo.
Si el hombre que está cerca,
pensara esto,
tendría respuesta,
miedo y remordimiento.
Y el que está lejos,
que estudie los Dictados,
que son curación para el espíritu
y alimento para el cuerpo.
La vida la sigue igual,
y ya tienen el ejemplo
que tiene esta presencia en espíritu
y en espíritu con cuerpo.
Desperté, oí:
No se merecen los hombres
que tienen Esto a su alcance,
que Dios los deje dormir
y al otro día despertarse.
No se merecen los hombres
que fingen a Dios amarle,
que Dios les deje salud
en su lengua o en sus pies.
Para que su lengua sirva
para ir en contra de Él.
¡Hombres que abrazan la Tierra
a sabiendas de que los ensucia
y que de Dios los aleja!
Si a Dios Lo llevas por dentro,
nada te cambia la vida,
por sentir esta Vida que no acaba
cuando muerto quedas ahí.
Hay quien dice “ya acabó”
cuando su cuerpo lo entierran,
y ya nada lo recuerda
como no mire a la tierra
que de manta le sirvió.
Si de verdad a Dios sientes
y sus Palabras las vives,
Lo recuerdas en el Cielo,
y tu vida ya la sigues.
Son Enseñanzas del Cielo
para que el hombre practique.
***
Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C3
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