En Sueño Profético hablaban de las muchas reacciones que tiene el que Dios manda que hable de su Gloria, de su Reino, de la vida del espíritu y de la vida del cuerpo. Que estas reacciones, si las sigues, ves que el Mando que llevan es del Cielo.
Dijo uno:
El hombre se retira de este Mando por no creer; o por creer, y como no hay Amor, al Mando le da desprecio.
Dios da inteligencia para que el Instrumento vea, sin ver, lo que nadie está viendo. Ve si crece el Amor, la ira, el abandono o el desprecio. Todo esto es a Dios al que el hombre se lo está haciendo.
El Instrumento es mensajero con carga de alegría y carga de sufrimiento. Y es por pocos comprendido, por falta de Amor al Cielo. No hay creer mayor que cuando hay Amor, y este Amor te hace ver con los ojos del espíritu antes que con los ojos del cuerpo.
Desperté, oí:
¡Qué cambio le hace el hombre a Dios con el premio que le manda al que puede conocer al Instrumento que elige para que dé esta Enseñanza!
El responder es negar, abandono, indiferencia, trabucarle los caminos y no abrirle las puertas.
El hombre, en vez de cuidar y ofrecer lo que pudiera con alegría y con Paz, se esconde y se niega.
No merece el hombre que Dios se haga Presencia en el día y en la noche.
En el día, para ir curando al espíritu y a la carne.
Y en la noche, para enseñar cómo Dios hace arrobo y lleva al espíritu a un Mundo en el que no hay suelo.
Que no hay cuerpo hasta que Dios viste al espíritu con el traje de la carne.
Es mejor que no pienses en este Mensaje si no vas a reformarte.
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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C4
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