lunes, 12 de marzo de 2018

Frasquito el bueno

En Sueño Profético se vio un río y una barca. Ésta estaba fuera del río, o sea, que no la sostenía el agua en ese momento, hasta que llegara su dueño. Que con la barca ganaba el jornal para su casa, y le cundía para ayudar a un matrimonio que estaba enfermo. Y la mujer de este barquero no ponía la mesa hasta que el primer plato iba para ellos.

Llegaron dos hombres hablando con fuerza por dentro. Uno tenía la fuerza, el otro, aprendiendo.

Dijo el dueño de la barca:

“Yo vivo y apuros no tengo, porque domino los deseos que da el cuerpo, y mi mujer y mis hijos conmigo están de acuerdo. Nosotros no pasamos hambre y vestidos tenemos. Yo domino mis deseos y siempre de sobra tengo”.

Desperté, oí:

Este barquero pasaba el río sin poner precio.

Pedía la voluntad, y más de uno se subía en la barca por oírlo hablar.

Te hablaba de Dios primero, y después ya te sacaba las exigencias que te pedía el cuerpo.

Frasquito tenía de nombre, pero “Frasquito el bueno”, porque había otro Frasquito que a Dios siempre Lo estaba ofendiendo.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C3

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