En Sueño Profético decían:
A más cundan esta Comunicación de esta Gloria, más remordimiento y vergüenza tiene que llegarle al que Esto lo tuvo en sus manos y, pudiendo, no hizo nada, y dejó crecer el sufrimiento de esta Verdad tan despreciada.
Esto, en el sitio que tocara, debería ser la presencia del Elegido reclamada. Que si sientes Amor a Dios, tú vas a buscar donde te digan “allí dicen que Dios habla”.
Primero ves el fruto, y viendo el fruto, ya él árbol lo conoces.
Si tú el fruto no puedes verlo y tan sólo ves el árbol y te cuentan lo del fruto, puedes ser engañado. Pero si este árbol quiere ir a ti o te espera para que tú digas que esa fruta echa, si tú no aceptas, tú no tendrás disculpa cuando el Tribunal de Dios te espere para darte entrada en su Gloria.
Desperté, oí:
Si tú, teniendo cuerpo, no quieres saber de lo que Dios manda del Cielo a la Tierra, y Dios te deja la Libertad, una vez que tu cuerpo muera ¿cómo a la Gloria lo vas a llevar?
Por esto hay que cundir. Y al descubierto quedarán los que guardaron sus palabras y su firma en esta gigante Verdad.
La vida del cuerpo es corta. La del espíritu no tiene muerte jamás.
Vuelve a donde Dios le dio su Mando, que su nombre es la Gloria Celestial.
O al sitio que el hombre eligió: Infierno, Profundidad. Que el cuerpo queda en altura comparado con el sitio donde el espíritu va.
Estos Escritos, si los lees y los piensas, sientes Gloria, Amor y Paz.
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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C4
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