En Sueño Profético decían:
El hombre no cree en Dios porque el creer no interesa. No interesa porque ya tienes que practicar y enseñar a lo que Dios bajó a la Tierra.
El hombre no cree en Dios hasta que ve lo poco que él vale en la Tierra. Cuando lee en un papel que su carne está enferma sin remedio para curarla, u oye el trueno en la tormenta, o ve la luz del relámpago echando piedras, o el agua tapando edificios y su poder fracasado, entonces es cuando intenta creer en Dios algo. Pero sería mejor que no creyera, por su actuación y pedirle a Dios cuentas. Que si pensara, antes de pedirlas, moriría de remordimiento y vergüenza. Pero antes de morir le vendría este pensar: “Si con esto que me pasa Lo ofendo, ¿cuántas cosas todavía me podrán pasar? Y cuando ya no exista el cuerpo, ¿a quién me podré presentar para librar mi espíritu del mando de Satanás? Satanás: mando que manda donde Dios jamás está.
Desperté, oí:
Dios: Dueño de lo que el hombre se cree dueño.
Dios: Poder para hacer el mundo y para destruirlo con una sola Palabra.
Dios: que su Palabra se hizo Carne, y antes su Palabra hizo la luz y la Tierra.
Pues a pesar de esto, el hombre duda de su Existencia. Duda cuando reforma.
E insulta cuando un Poder se desborda.
El hombre quiere vivir ofendiendo a Dios en todo lo que Dios manda.
Y se enfrenta a su Poder con palabras satánicas.
En la vida material, para coger una paga, tienes antes que haber hecho lo que el dueño o director manda.
Pus figúrate, pedir al que te deja que vivas, sabiendo que Aquí no quieres venir cuando la tierra te cubra.
El hombre no cree en Dios porque Dios no hace de Dios un segundo cada día.
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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C2
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