sábado, 5 de marzo de 2022

Enseñanza del Maestro

En Sueño Profético hablaban de Santiago, el Discípulo de Jesús. Decían:

Un día, saliendo el Maestro de la Sinagoga, había mucha gente esperándolo en la calle: unos por ver el ambiente; otros, por conocerlo; y de los que más había era de los que querían preguntar cómo eran sus Sermones.

Viendo el Maestro a Santiago con unos que cumplían lo del César pero que a Él no lo amaban, a pesar de que la gente lo iba parando de trecho en trecho, hizo con su Poder que no se disolviera el grupo que tenía en medio a Santiago. Fue llegar el Maestro y no contentarse ninguno, porque en ellos no había ni Amor a Él ni arrepentimiento de que no Lo habían amado ni Lo amarían. Se paró el Maestro y dejó que uno le dijese:

   —Ya sabemos de tus Sermones por Santiago. Que mientras Tú estabas dando el de hoy, él nos ha contado uno de los que dijiste en la montaña.

Ya oyeron todos estas Palabras:

   Ellos no me han oído nunca hablar de mi Gloria porque no aman. Y hoy los he dejado que lleguen hasta la puerta para que todos vean que no quieren mi Enseñanza y se queden al descubierto. Pero tú hoy le has hecho servicio a Satanás por no entrar a oírme y quedarte en la puerta con ellos.

De momento calló Santiago y dijo:

   —Me avergüenzo. Yo creía ya saber y veo tus Palabras con Luz. Y ahora estoy viendo que me han quitado de Ti, aunque sea un momento. Quise entrarme varias veces para entrarlos a ellos, y estando hablando de Ti tenía pena por dentro. Varias veces pisé fuerte cuando algo estaba diciendo de Ti y no los veía contentos. Cerré dos veces las manos, con coraje, sin saber qué me pasaba. Ahora ha sido tu Luz la que me ha hecho comprenderlo. Perdón, Maestro, y haz que nunca olvide que no entre a oírte y no pagaré en sufrimiento por veces que lo recuerde.

Desperté, oí:

Santiago quiso que entraran a Oírlo aunque fuera sólo un día.

Ésta no era Enseñanza y de nada les servía.

Santiago da la Enseñanza si al pararlo les contesta:

“No me obliga, soy yo el que no quiero perder su Palabra”.

Él creía que sabía y le faltaba Enseñanza.

Aunque hablaba del Maestro, el espíritu del mal le quitaba su contento.

Esto, al contarlo Santiago, muchos aprendieron.

***

Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C1

1 comentario:

  1. Cuantas veces habremos hecho mal las cosas creyendo que estábamos haciendo un servício al Cielo!
    Que nos sirva de Enseñanza, que si tenemos a Dios Vivo enseñando,no perdamos el tiempo y la categoría con el que no quiere entrar a escucharlo.

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