domingo, 27 de marzo de 2022

Son pocos para lo grande que es el Mundo

En Sueño Profético decían:

Las alegrías de Dios serán más grandes cada día. Las alegrías de Dios no están ocultas. Éstas se ven en los prólogos de estos Libros, firmados por Obispos. Estos nombres hacen pensar a los que representan a Dios, porque tienen que retirar palabras que han dicho y que Aquí, en la Gloria, dictan:

“¡Aquí ya no se puede hacer más! ¡Y los Obispos, jamás pondrán su nombre en estos Libros! ¡Como los Libros tienen la Licencia de la Iglesia, cuando muera, se le hará una estatua de piedra!

Esto era dicho con la seguridad de que el nombre de los Obispos, en estos Libros, nunca se vería.

Sigue el Mensaje un espíritu que, cuando vivió con cuerpo, tuvo amistad con los Discípulos de Dios Hijo, Maestro, como Él quería que le llamaran:

“Estas Palabras que se van a dictar son para que queden escritas y sirvan como ejemplo de lo que hoy está pasando el Elegido:

Más de una vez oí al Maestro decir:

“Si los que están Conmigo en la Mesa, cada día publican más mis Palabras y siguen como están, el Poder de mi Padre actuará en Mí y Yo les aumentaré las fuerzas. Aunque no haya nada más que once, mi Poder hará muchos más “onces”, para que el Mundo sepa que cuando mi Cuerpo vivió en la Tierra, no hubo nada más que once para sentarse a mi Mesa. Y que estos once, formaron, con el Poder de Dios, una gran cantidad de creyentes.

Desperté, oí:

Nombraban en la Gloria a los Discípulos de Dios Hijo, Maestro, como Dios quería que Le llamaran.

Decían, que siendo el Mundo tan grande y habiendo tantos hombres, a éstos era los que siempre sentaba a su Mesa.

Y ellos buscaban a otros para hablarles de lo que les hablaba el Maestro.

Pues igual pasa aquí con los que tiene el Elegido a su servicio.

Son pocos para lo grande que es el Mundo.

Pero estos pocos están cundiendo la Palabra de Dios.

Decían que siempre estaban en la Mesa con el Maestro los mismos que se han nombrado, y Dios les decía:

“Buscad al que no tiene comida y dad las Palabras que Yo os estoy dando”.           

El sueño llegó tarde porque el pensar en los prólogos que los Obispos iban a dar para estos Libros le quitaba el sitio.

Estas fueron las últimas palabras que el pensamiento del Elegido tenía:

“Señor, si me enfado porque tarda en llegar el sueño, es porque quiero que el Arrobo dure más tiempo”.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C3

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