En Sueño Profético decían:
El que no cree la “Palabra de Dios hoy diciendo”, no
cree en la que dejó dicha cuando vivió con Cuerpo. Porque el creer te obliga a
buscar, a preguntar, y cuando ves la Verdad, ya la Verdad te hace copiar y
vivir los pasos del Elegido.
Dijo uno:
El creer pone fuerzas, y te enfrentas con el que ves
que la Palabra de Dios desprecia. Tú no puedes obligar, pero sí puedes
despreciar. Aquí, en estos Mensajes, no cabe la duda. Te hablan de tantos temas
diferentes, que ningún Dictado es igual. Que esto ya lo puede ver el que más
crea que sabe en la Tierra. Que ese saber tiene polémicas de ver que quiere
saber más que el Saber de Dios, que es infinito. Y el que quiera, que pruebe a
seguirlo.
Tan sólo por decir “esto aquí pasa”, debería haber
protestas exigiendo que fuera dicho a todas las naciones, traduciendo las
Palabras. Que si sólo fueran palabras sin poder justificarlas, sería justo
callarlas, y Dios ya vería qué hacer para que se enteraran. Pero con la
cantidad de Libros que aquí hay, que los pueden tener en sus manos, no tienen
disculpa los que pudieron y hoy pueden y no presentan aprisa esta Divina
Cultura para el espíritu.
Desperté, oí:
Todo lo que digan en la Gloria es poco.
Todo es poco de lo que Dios, en pago, le debería dar
al hombre.
Pero un pago de Infierno. Que éste es el camino que
están cogiendo por despreciar este “Diciendo”.
Tiene que pensar el hombre que pudo o puede hacer que
el mundo tenga estas Palabras por Dios dichas y no lo haga, tiene que pensar el
sitio que le espera.
El que puede y no lo hace es culpable de que a los
demás no les llegue este gran Medicamento.
Que la vida es temporal para el cuerpo, pero eterna
para el espíritu.
Sin este Medicamento tendrás enfermo tu espíritu y
también el cuerpo, aunque los síntomas no los entienda el médico.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C1
Queda claro lo que muchos no han pensado.
ResponderEliminarHay pecados que enferman la carne,si no a ver por qué Dios curó a algunos enfermos con las Palabras: "tus pecados te son perdonados".
Sanado el espíritu el cuerpo se levanta y toma su camilla y anda.