En Sueño Profético hablaban de la Fe. Decían:
La Fe te achica impedimentos, y los pone más grandes el que
no tiene Fe.
La Fe es manantial de agua, que sin ella no vive el que ya
prueba esta agua.
Dijo uno:
Dios Hombre dijo al que Lo seguía: “Si un día os faltara Fe, pedidla a mi Padre, y ya podréis Seguirme. La
Fe os hará ver y sentir lo que no ve ni siente el que no cree que mi Palabra no
necesita al hombre para mover la montaña. La Fe es el empuje de la fuerza del
contacto que el espíritu tiene en mi Reino, hoy en mi Palabra y en lo Hechos
que estáis viendo. Cuidad la Fe como primer alimento”.
Desperté, oí:
El que no tenía Fe, no disfrutaba de seguir al Maestro.
Al contrario, que pecaba de pensamiento.
Tenías que ver la sequía y en sus Palabras el agua.
Pensad que el mar obedecía a su Mando y las aguas se
apartaban y hacían camino a su Paso.
Que el paralítico, para andar, bastaba con su Palabra.
Y la Resurrección de su Carne la verían cuando la tierra su
Cuerpo tapara.
Todo esto y mucho más dijo para que la Fe esperara el que le
faltaba Fe y con su pensamiento pecaba.
La Fe es lo que te acerca a que creas su Palabra.
La Fe te hace que veas, donde hay sequía, agua.
Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C7
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