En Sueño Profético decían:
Dios, al Elegido lo ilumina, y de esta iluminación ya
sale el mando. Que unas veces lo dice, y otras veces tiene que pensar cómo
mandarlo. Que le sirve más el que le da el mando sin pensarlo.
Dios le da justificantes para que coja fuerza en el
mando. Y este mando tiene que servir para dar más escándalo al Mensaje Divino,
que tanta falta les hace a los rudos y a los cultos. Esto es agua y oxígeno,
veneno y disparo. Que en el agua y en el oxígeno no hay clase para el rudo o el
culto, porque los dos sin ellos no viven. Y el veneno y el disparo, a los dos
los lleva a la muerte. Que esto los dos lo conocen.
Pues la “Palabra de Dios hoy diciendo” se la dice a un
espíritu para que la publique sin miedo, ya que estos Mensajes deben todos
saberlos.
Desperté, oí:
El Poder de Dios mueve la montaña, y las nubes suben
el agua para regar donde el hombre no podría llevar agua.
Estas Palabras, dichas en la Gloria, las necesita el
que va detrás del arado y el que tiene títulos colgados.
Que, a veces, el que va detrás del arado deja pensando
al que tiene los títulos colgados.
El que siembra y siega, ve el Poder de Dios en el
grano que echa.
Y a Dios lo nombra en la cosecha.
Si ha sido buena, Le da las gracias.
Y si ha sido mala, no pierde la confianza y le oyes
decir: “Señor, yo sé que en los corderos y las vacas me darás doble ganancia”.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C5
No hay comentarios:
Publicar un comentario