En Sueño Profético decían:
El hombre que se dedica a la enseñanza, riñe, castiga y cobra. Y a pesar de estas tres cosas, el que quiere aprender de lo que él enseña, lo persigue y le implora, y a veces le ofrece más de lo que él cobra. Esto no puede negárselo el hombre a los espíritus que viven con Dios en su Gloria.
Dijo uno:
Ahora compara con honradez y justicia, cómo el hombre recibe estas Enseñanzas.
El Elegido tiene que ir de pregonero, ofreciendo estas Palabras que Dios le dice en el Cielo, para hacer stop a la Humanidad, advirtiendo que esa vida es por ésta juzgada. Que no hay fronteras ni distancias, ni secretos para Dios. Dios, todo lo lleva a su Presencia. Y el que se engaña es el que le falta Amor, el que valora lo de la Tierra, que es traje que cuidas, cuerpo que abandonas.
Debería el hombre, si amara a Dios, estar de rodillas esperando este Premio que Dios manda a diario y que el hombre lo valora con desprecio.
Desperté, oí:
Tierra sucia,
Tierra de engaño,
que te retira de Dios,
pero Dios forma escándalo.
Escándalo,
que el silencio ya le teme
y se esconde avergonzado.
Dios retira aquí el silencio
y le abre puertas al escándalo.
El que Esto lo crea muerto,
que él se dé por enterrado.
Este escándalo irá aumentando,
premiando y despreciando.
Premiando a espíritus limpios
Y avergonzando
a los que a Dios quieren engañarlo.
***
Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C6
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