En Sueño Profético decían:
Vivir sin sentir a Dios,
¡qué pesada será la vida!
Vivir sin sentir a Dios,
todo serán amarguras.
Vivir sin sentir a Dios,
no tiene sentido la vida.
El sentir a Dios
te hace fuerte y caminas,
es un sentir por dentro
que te acerca y te retira.
Te acerca
donde hace falta tu ayuda.
Y te retira de los sitios
que no vienen Aquí
cuando dejen esa vida.
Dijo uno:
El sentir a Dios tiene tanta fuerza que te hace que te vean distinta persona, llevas alegrías aunque sientas penas, y vas consolando para que aprendan que sintiendo a Dios todo lo que haces lleva su camino para a Dios no enfadarlo. Y todas las actuaciones, el que siente a Dios, quiere que sean copiándolo para que Dios no sufra cuando el hombre hace lo malo.
Desperté, oí:
Por mucho que quieras decir
este Amor como lo sientes,
no te puede entender
el que viva sólo esa vida
y de ésta no eche cuentas.
Este sentir te da Mando,
que tú lo aceptas contento.
Y te ofreces a quitar
o achicar los sufrimientos.
Vivir sin sentir a Dios
es hacer vida peligrosa,
y no tienes compasión.
Y no le sirves al Prójimo,
que esto es servir a Dios.
Y siempre vives la ira
y estás en contra
del que nombra mucho a Dios.
Sentir a Dios
tienes que irlo diciendo
cuando el sufrimiento llegó.
Entonces ve la verdad
el que lejos está de Dios.
Y el que está cerca la ve
y la quisiera copiar.
***
Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C6
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