En Sueño Profético decían:
El Santo no nace, el Santo se hace. El hacerte Santo puede ser por un sufrimiento o por un arrepentimiento. Luego está el que sin sufrimiento y sin arrepentimiento en todos los momentos de su vida a Dios ponía delante y sus Pasos siguió, practicó el Amor al Prójimo, que te hace que sientas caridad, sin a Dios preguntar los porqués de lo que tú estás remediando. El que siga este vivir, también se hace Santo.
Dijo uno:
El Santo tiene que despreciar muchas cosas que la Tierra te ofrece.
Desperté, oí:
Hablaban en la Gloria de los Santos.
Decían las muchas formas que había para vivir santidad.
Que tú la vivías sin saber a lo que llegarían.
Que esto era amar a Dios despreciando lo que en la Tierra te ofrecen diciendo: “No es malo”.
Que el sufrimiento abrazado, santidad va acompañando.
Lágrimas mandadas a Dios, con arrepentimiento, cuéntate Santo en el Cielo.
Estos Santos son nombrados y Dios les concede que hagan, con su Nombre, milagros.
Piensa que el Santo no nace, el Santo se hace.
Santo es todo el que quiera vivir la ley de Dios y abrazar lo que le llega.
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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C6
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