En Sueño Profético decían:
Dios va contigo si tú quieres su compaña. Que este “quieres” se lo dices haciendo lo que Dios manda y pensando:
¡Si Él lo hizo cuando vivió con Cuerpo, y la miseria buscaba porque el que de sobra tenía, al hambriento no buscaba, y si le ponían la mano, él la espalda le daba, y a veces oía insultos de defectos el que no sabía nada, y ya le quitaba de que Caridad le diera otro día que en la calle lo encontrara!
Dijo uno:
La Caridad hecha con el método de Dios, nunca puede estar mal hecha, y siempre verás que algo, al bien que haces, Dios contesta, aunque este contestar, mayoría no lo entiendan.
Desperté, oí:
Es cierto
que el que hace el método de Dios,
nada puede hacer mal hecho.
Aunque el que no lo haga
le ponga sus defectos.
Amar y Caridad en el Prójimo
es el empiezo del método.
El Amar a Dios,
ya te exige aprenderlo.
La Caridad es moneda que no falta
en el bolsillo de la conciencia.
Y Dios no exige que la uses
para que pagues con ella
mientras vivas esa vida.
Pero si quieres usarla,
Dios te aumenta las monedas
y las Palabras.
Hay palabras de tal precio,
que sólo Dios puede darlas.
Que el que ama,
más las entiende
y tiene que practicarlas.
La Caridad hecha
con alegría y sin protestas
es el puente de esa vida
que comunica con Ésta.
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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C1
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