En Sueño Profético decían:
“El que te busque a ti, quiere saber de Mi”.
“El que tus Palabras obedezca, Me está obedeciendo a Mí”.
“Tus Palabras van del Venero de mi Padre, que es el que está hablando ahora en Mi”.
“Yo soy Dios Hijo, el que bajó a la Tierra ofreciendo el Reino de mi Padre, que es el mismo Reino Mío, por no haber otro Dios”.
“El que no suba contigo Calvario, no cree en Resurrección”.
Quedó un silencio y se oía como ruido de alas.
Dijo uno:
Son los ángeles de esta Gloria, son los que Dios creó sin cuerpo y los que ahí tuvieron cuerpo.
Desperté, oí:
Da alegría y miedo el oír este Mensaje.
Pero supera la pena el pensar que Dios al hombre le hable para que no pierda la Gloria, y el hombre Le dé un desprecio tan grande.
Todo lo que va del Cielo, no ha pasado por el hombre, es Dios el que da el Mando.
Pero cuando Dios, Él se nombra, es que no ha cogido Mando.
El espíritu ha oído la Voz de Dios hablando.
Y cuando el espíritu ya está en el cuerpo, Dios manda que dicten el Dictado.
Las alas de los ángeles dan ruido en el ruego que a Dios en alabanzas Le hacen.
***
Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C3
No hay comentarios:
Publicar un comentario