El Mando de Dios es con Fuerza, Humilde y Sagrado

En Sueño Profético decía el Mando de Dios:

No tengas temor al decir que tu Mando es el que Dios manda.

Que tu presencia no puede estar donde no ha tenido llamada.

Que la llamada es a Él, diciendo que Dios hoy dice.

Si tu presencia –que es la de Instrumento de Dios hoy, para que al hombre le llegue Evangelio diciendo–, es despreciada, cómo Dios va a permitir que el Instrumento busque el desprecio, que haría mucho daño, y hasta haría pecar al que no estaba pecando.

Jesús dijo a sus Discípulos una mañana, cuando ya salían con sus Palabras para que practicaran su Enseñanza:

“Si fuerais por un camino y por éste también fuera quien conociese que sois mis Discípulos, y no sois llamados para oír de vosotros lo que Yo os digo, cambiad el camino, porque haríais daño al que os viese, y ya ofenderían mi Mando”.

“Si no os conocieran, seguidlos y paradlos. Si preguntan quién sois, si creen en mi Existencia, ya Me buscarán, dando su nombre, aunque la palabra salga de Mí y ellos den el nombre”.

Desperté, oí:
Cuando lean estas Palabras, tiene que dar el sí el que vea que esto es Dios, el que vea que esto no es de la Tierra.

Dios mandaba sus Discípulos sin medida, sin distancia, sin clases ni razas.

Pero donde se ofrecían y no los llamaban, no podían presentarse, porque hacían daño al que ya sabía que no eran llamados.

El Mando de Dios es con Fuerza, es Humilde y es Sagrado.

El que no haga este Mando, es que Dios no está mandando.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C2