En Sueño Profético hablaban de querer hacer lo que manda Dios o de retirar para que no lo hagan. Decían:
El que quiera hacer lo que Dios manda, nunca estará satisfecho y más querrá seguir sus Palabras. Además, lo verá sencillo. Pues esto a mí me pasaba.
Yo me quitaba pereza y al espíritu obligaba a que tuviera que ir a donde al espíritu esperaban, unos con grande Fe, y otros, el dolor era el que me llamaba, y si tenían mejoría, ya mi nombre se cundía. Y había enfermedades que al nombre de Dios le temían , y sano el cuerpo se iba de aquella casa tan triste, donde ya nada deseas y desprecias hasta la vida, y pides que Dios te lleve, porque el dolor te obliga.
Yo les decía palabras que al dolor distraían, y me decían:
“Juan, tú eres mi medicina. Cuando llegas, me avergüenzo por lo mal que he llevado el día. ¿Tú crees que Dios estará enfadado?”.
Yo llamaba a Dios en silencio y Dios en mí ya respondía:
“Dios no se enfada, se disgusta, y ya Le formamos llagas y heridas, pero como tú Lo llames, Él, a Juan o a otro te envía”.
Desperté, oí:
Cada uno puede, si quiere, hacer servicio a Dios. Pero en los enfermos tienes que pedir a Dios que Él te dé medicamento, primero para el espíritu, y después para el cuerpo.
Esta Enseñanza se aprende queriendo servir a Dios en la vida y en la muerte.
En la vida material entrégate al enfermo del espíritu y al enfermo de la carne.
Todo con el mismo fin: para a la Gloria llevarlos.
A los enfermos del espíritu no saben todos el medicamento que hay que darles.
Tienes que saber llegar, para que no te contagien.
JUAN DE DIOS
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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C7
Toda precaución es poca en este destierro,para llegar al enfermo de espíritu. Solo podemos acudir al enfermo con las armas del Amor de Dios,Paciencia y Oracion
ResponderEliminarEl que solo tiene enfermo el cuerpo,a su lado de siente la Paz de Dios.