En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios. Se oían voces distintas, pero todo era nombrar Amor. Decían:
El Amor a Dios, el que lo sienta, poco descanso le da a su lengua, poco mide las distancias en lo lejos o en lo cerca, lo mismo por los caminos que por las distintas clases de sitios que ir tenga.
El Amor a Dios cuesta más trabajo explicarlo que demostrarlo.
Yo me sentía la Libertad al demostrarlo, y prisionera al explicarlo. Pero era tan fuerte oír el Mando, que me escapaba de la prisión del silencio, y me sentía en la prisión del escándalo.
Este Amor, cuando te llega, porque antes tú fuiste a buscarlo, no hay quien pueda prohibir esta alegría con llanto. Llanto que no lo ve nadie, como no esté amando.
Este Amor es transparente, sin sitio que el prefiera.
Este Amor tú lo quisiste estando siempre contenta, y con Palabras de Dios oyendo siempre en tu boca.
Desperté, oí:
Yo siempre tenía en mi mente
estas cortas palabras:
“Señor,
que yo te pida más fuerzas
de las que Tú me mandas.
Que siempre Tú veas
que espero tu Poder
para no cansarme.
Si el cansancio me llegara,
yo ya no miraría al Cielo,
porque la vida cansada
es vida de cementerio”.
¡Ay vida que me persigue
para ponerme cansada!
¡Ay vida que yo quisiera
que todo hombre pensara
que Teresa es viva y es muerta,
según los momentos que Dios manda!
Todo el que sienta esta Mando,
tiene que notarse fuerzas.
Todo el que sienta esta Mando,
hace la oración inquieta,
queriendo que todos sepan
lo que le pasó a Teresa.
Yo, cuando pisaba Tierra,
me achicaba el sufrimiento
el que muchos me conocieran.
TERESA DE ÁVILA
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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C6
Divino Mensaje
ResponderEliminarLa oración de Teresa me la apunto para mi libro de Oraciones y así podré rezar con mi Amiga del Cielo 🙏🙏🙏