En Sueño Profético hablaban del Amor a
Dios, de cómo Dios te lo deja sentir si tú eres de Dios.
Este sentir da
alegría y, a veces, te da sufrir, porque tú quieres que sientan el sentir que
ya está en ti.
Dijo uno:
En mi casa
entraba mucho, porque mucho la buscaban y la llamaban, Teresa de Ávila, y decía
que debían cambiar la palabra vivir los que no sintieran a Dios. Que ella conocía
a los que vivían ya muertos, aunque los vieran andando. Que no ponían interés
cuando ella el éxtasis estaba contando. Que no veía interés por saber lo que
Dios estaba hablando.
Ella corriendo
decía: “Me voy donde Vivos me están esperando; me voy a cundir estas Palabras
que en mi espíritu están empujando”.
Ya mis padres
y mis hermanos mayores, tres y conmigo cuatro, empezábamos a suplicarle: “Teresa,
quédate un rato y háblanos del éxtasis, de los días que no te hemos visto por
tener el tiempo escaso”.
Desperté, oí:
Voy a dictar unas palabras
de las que ella repartía
para que el hombre amara
y pensara en
esta Vida:
“Yo no podría vivir
sin esta lucha que tengo
para que sientan a Dios
dentro y fuera
del convento.
A veces yo no me encuentro
esa Paz que yo
quisiera”.
Y antes de
esta frase terminar decía:
“Señor, que yo muera el día
que por no hablar de Ti
crea que eso
es Paz.
Ya no sé ni lo que digo,
cuando quiero que mi Fuego
vaya quemando espíritus.
¡Es tan grande y poderoso
sentir Mando,
y no del
hombre!
¡Es tan difícil callar
el tener siempre la Presencia
de este Dios,
Dueño de la
Humanidad!
Yo, antes de negar que mi Dios
ocultaba su Presencia,
Le pedí que la muerte me mandara
con una nube
de piedra.
Y que a nadie matara,
nada más que a
Teresa.
Es tan mal pagado el Amor
que Dios le tiene al hombre,
que yo quisiera que mi sufrir,
en llagas se convirtiera
y que oyeran a
mi voz decir:
¡Señor, mándame más sufrir,
para que el hombre vea
que no me
aparto de Ti!
El que el sufrir lo aparte,
entonces,
si que es
sufrir”.
Son frases de Teresa de Ávila,
cuando su espíritu
tenía cuerpo.
***
Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C5
Verdaderamente que no hay sufrir más grande que vivir apartado de Dios.
ResponderEliminarPara que más sufrir!