Hay más que creen en Dios y no aman, que no crean en Dios. Y ya, los que aman, son pocos. A estos pocos son a los que Dios los tiene en contacto con su Gloria.
Dijo uno:
Es más fácil hacer que crean, que hacer que amen.
El que cree y no ama, hace más daño que el que no cree.
El que no cree, no cizaña.
El que no cree, se pierde él y pierde a pocos.
El que cree y no ama, persigue a Dios, condena al amigo de Dios, persigue las obras que imitan a Dios, desmiente todo lo que de la Gloria venga y se llena de envidia por la actuación del que ama. Escrito está, por muy pocos no conocido, los hermanos Caín y Abel.
Envidia: personaje que actúa cuando ve obras buenas, cuando ve un Premio de Dios. Ésta es la peor envidia.
El hombre pone la envidia también en lo malo, en actuaciones de pecado. Aquí mal puesta está la envidia. La envidia actúa más en las obras que son de Dios o van a Dios.
El que no cree, no le tiene envidia al que Dios ha elegido.
Desperté, oí:
Todos los que creían que era Dios y no querían que Lo fuera, fueron los que más daño Le hicieron a Dios.
Todos los que Lo esperaban, ya se prepararon para degollarlo.
Los que no creyeron, no prepararon criminales.
Este Dictado lo cierran estas Palabras dichas por Dios, al que el hombre veía de Hombre:
“Id y llevad mis Palabras adonde no me conozcan, y adonde no sepan de mi Existencia”.
Dios hace que tú Lo conozcas, pero no que tú Lo ames.
Hay más fuera de la Gloria, por conocerlo y no amarlo.
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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C5
ResponderEliminarQue Enseñanza tan Grande!!
Por la envidia se condena una criatura.
El humilde de corazón nunca se llena de envidia porque su tiempo lo gasta en ponerse en la fila.En la fila de Adorarlo, y aunque sea un momentito, clavar delante de Dios sus rodillas como los pastorcitos.
Es la envidia el equipaje que más lastre le pone al espíritu.