Quedé dormida con pensamientos que sufrir me daban.
En Sueño Profético dijo un espíritu de la Gloria con Mando de Dios:
Pon tu primer pensar en el servicio que a Dios le
estás haciendo y qué pocos buscan esta Grandeza de Dios. Que aquí deberían
estar unidos igual que lo están cuando, una vez al año, sacan la Imagen de Dios,
como una fiesta más en el año. Estas visiones al que Dios elige no le van,
porque no ve creencia ni Amor y sí ve negocio de fiesta, como otro más de la
Tierra.
Este Elegido con el Poder que Dios le da quisiera que
Esto lo cogieran no como una Semana Santa, sino con Amor eterno y nombrando a
Dios y a la Madre Virgen en todos los momentos. Si esto así lo hicieran el
Mundo tendría un grande cambio.
Quedó un momento de silencio y se vio un camino como
de campo, pero cerca había casas y gente salía de ellas. Ya dijo uno:
- El
Maestro pasó esta calle antes de Crucificarlo y también la pasó cuando iba
pregonando su Resurrección.
Esto para entenderlo tienes que sentir el Amor de Dios
dentro de tu cuerpo, que es lo que siente este Elegido de Dios.
Desperté y oí una
voz que no podía ser de nadie de la Tierra, por el grande poder que el cuerpo
sentía.
Estas eran las Palabras, y mandan que queden dictadas:
- Sigue
con tu pensar y pide que mi Presencia no te falte. Que si no te falta es porque
mi Padre en Mí da el Mando. Ya quítate el sufrir de no acudir donde mi
Presencia es fiesta, con Amor o con desprecio. Pensando mis Palabras tu sentir
dará consejo de mi Gloria. No temas en decir que estas Palabras las dice Dios
Padre en Mí, que soy Dios Hijo.
El oír de estas Palabras no sabes como contarlo para
que las comprendan.
La Visión de la carne que Dios me unió estaba en su
despacho, con su cuerpo normal, como cuando copiaba los Mensajes. Su mirada era
queriendo dar alegría, y dijo:
- Ana
cuídate, cuídate, que tu cuerpo le hace falta a tu espíritu para la Obra que
estás haciendo. Estas palabras las dice un espíritu de la Gloria en mi
espíritu.
El sueño no llegaba y mi pensar era en todos los que
están aquí unidos, que no me falten. A éstos tengo poder para mandarles, porque
sé que la vida la llevan más contenta.
***
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
No hay comentarios:
Publicar un comentario