En Sueño Profético se oían estas palabras:
“Es para compadecer al que no oiga estas
Palabras, dichas por Dios, queriendo al Elegido. Porque ve que son retirados
para que no disfruten de esta Grandeza de Dios”.
Estas palabras las están diciendo en la
Gloria, y más que no han dictado, porque ya hablan del Amor de Dios cuando tú
lo sientes en la alegría o en el dolor, dolor no del cuerpo.
Ya dijo un espíritu que cuando tenía
cuerpo conoció a los Discípulos de Dios Hijo, Maestro, como Él quería que Le
llamaran:
Yo y mi mujer queríamos a Dios del Cielo,
pero cuando conocimos a sus Discípulos y nos hablaban de Dios, Maestro, como Él
quería que Le llamaran, ya nuestro Amor cambió tanto que nos paraban y nos
preguntaban diciendo: “Al Maestro que va con los que sienta a su Mesa, ¿a Éste
es al que más queréis?”.
Yo contestaba con fuerza, pero mi mujer
doblaba la fuerza diciendo: “Mis dos hijos y su padre, que es mi marido, paso
sin ellos antes que no sentir el Amor tan grande que yo siento cuando oigo
hablar a Santiago o a otro Discípulo de Dios Hombre”.
Todas las horas que teníamos libres, nos
íbamos a buscar al Maestro.
Un día, estando gente esperando al
Maestro, estábamos mi mujer, yo y mis dos hijos. Fue llegar cerca de mí
y me dijo estas palabras:
“Sé que os ha traído a mi Presencia el
Amor tan grande que tenéis escondido por temor a familia y amigos. Desde este
momento decid que uno de vuestros hijos se viene con mis Discípulos”.
Éste, que tenía doce años, se puso tan
contento que dijo: “Padre, si estoy con los Discípulos de Dios y no vengo a
casa, tú y madre no os enfadéis, porque yo quiero al Maestro, como Le dicen sus
Discípulos”.
Pero mi hijo ha doblado el querer que yo
tenía, sin decirlo, dentro de mi cuerpo.
Desperté, oí:
Todo el Mensaje era hablando del Amor de
Dios, que cuando lo sientes quieres que todo el que te oiga lo sienta y no lo
calle.
Los dos que seguían a los Discípulos eran
padres del que el Maestro se llevó de Discípulo, aunque era niño todavía con
doce años.
Pero fue el premio más grande que los
padres recibieron, para que lo vieran familia y amigos que no creían que
era Dios, Hijo de Dios Padre.
El Maestro sabía el interior del que Lo
seguía, creyendo y amando.
A éstos los premiaba llamándolos y
haciendo lo que hizo con el hijo que, con la poca edad que tenía, cuando oía
hablar del Maestro dejaba todo y se iba con ellos.
Termina el Mensaje diciendo que sintiendo grande Amor de Dios, puede Dios dar grande premio a los que más quiere el
Elegido.
Que son los que más quiere y los que
están aquí unidos haciendo servicio sin enfado y contentos.
Los que más quieres tienen que pensar que
el sitio que tienen, hoy no lo tiene ninguno.
Pues, por ser los únicos que este Elegido
tiene, si pudieran, harían lo que han hecho para desmentir que Dios está
hablando, en su Gloria, a este Elegido.
Dios permitió, pero el escándalo de esta
Grandeza Divina, dicha por Dios, nadie puede callarla, por no haber otro Dios.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C6
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